Por Andrea Rivero
3 de junio de 2022El cambio climático no solo afecta a los pulmones, al corazón o al aparato digestivo; la salud mental y el bienestar también se ponen en grave riesgo. Por este motivo la Organización Mundial de la Salud insta a los países a que incluyan el apoyo a la salud mental en su respuesta a la crisis climática y los desastres medioambientales.
La contaminación atmosférica, los productos químicos peligrosos o, incluso, el ruido son una fuente de problemas mentales y psicológicos. De acuerdo con el informe sobre la prevención de enfermedades mediante un medioambiente sano de la OMS, entre un 12 y un 18% de los fallecimientos en Europa están relacionados con factores de estrés ambiental.
La rapidez del cambio climático supone una importante amenaza para la salud mental y el bienestar psicosocial ya que provoca diversos trastornos. Desde malestar emocional, ansiedad, depresión, problemas del sueño o, en los casos más graves, conductas suicidas.
De acuerdo con la doctora María Neira, directora del departamento de medio ambiente, cambio climático y salud de la OMS, “los efectos del cambio climático están cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana, y existe un escaso apoyo especializado en materia de salud mental para las personas y las comunidades que se enfrentan a peligros relacionados con el clima y a un riesgo a largo plazo”.
Y es que, cuando se habla de medioambiente no solo se debe pensar en la contaminación de las ciudades, del ruido o de los humos de los coches. Las poblaciones más desfavorecidas sufren, en muchas ocasiones, los desastres naturales causados por el cambio climático. Lluvias torrenciales que terminan en fuertes riadas o altas temperaturas que causan sequías e incendios son otros de los efectos de no cuidar el medioambiente. Todo ello impacta directamente en la salud mental de las personas que lo viven y, también, de las personas que no. Está demostrado que la sobreinformación de noticias negativas puede causar ansiedad y depresión.
¿Qué hacen los países?
Una encuesta de la OMS en
95 países determinó que solo nueve regiones habían incluido el apoyo en
materia mental y psicosocial en sus planes nacionales sobre salud y cambio
climático.
Dévora Kestel, directora del departamento de salud mental y abuso de sustancias de la OMS apunta que, “el impacto del cambio climático está agravando la situación ya de por sí sumamente complicada en la que se encuentran la salud mental. Casi mil millones de personas viven con trastornos mentales, pero, en los países de ingreso bajo y mediano, tres de cada cuatro personas no tienen acceso a los servicios necesarios”.
Por esta razón, la organización ha lanzado unas recomendaciones para que los gobiernos aborden los efectos del cambio climático en la salud mental:
- Integrar el apoyo a la salud mental con la acción climática.
- Integrar las consideraciones climáticas en los programas de salud mental.
- Basarse en compromisos mundiales.
- Elaborar enfoques basados en la comunidad para reducir vulnerabilidades.
- Reducir el importante déficit en financiación para la salud mental y psicosocial.
Curiosamente, los países que han sufrido fuertes catástrofes medioambientales son los que han adoptado medidas para el apoyo de la salud mental. Por un lado, la India lleva a cabo un proyecto nacional que permite ampliar la reducción del riesgo de desastres y prepara sus ciudades para hacer frente a las necesidades psicosociales y de salud mental que tendrían sus ciudadanos en caso de desastre. Por otro, Filipinas reconstruyó y mejoró sus servicios de salud mental tras el impacto del tifón Haiyan.