Por Julia Porras
10 de octubre de 2022Se estima que anualmente se pierden 12 mil millones de días de trabajo a causa de la depresión y la ansiedad que sufren los trabajadores, lo que supone un coste a la economía mundial de casi 1 billón de dólares.
El Informe Mundial de Salud Mental de la OMS, publicado en junio de 2022, mostró que de 1.000 millones de personas que sufrían un trastorno mental en 2019, un 15% eran adultos trabajadores. Y es que el trabajo amplifica problemas sociales que afectan negativamente a la salud mental, incluida la discriminación y la desigualdad. La intimidación y la violencia psicológica (también conocida como “mobbing”) es una denuncia clave de acoso laboral que tiene un impacto negativo en la salud mental. Sin embargo, hablar o revelar asuntos relacionados con estas patologías continúa siendo un tabú en los entornos laborales a nivel mundial.
La pandemia de la Covid-19 además provocó un aumento del 25 % en la ansiedad y la depresión generales en todo el mundo, lo que expuso cuán poco preparados estaban los gobiernos para el impacto que supuso la pandemia en la salud mental de los ciudadanos y reveló una escasez global crónica de recursos para tratar temas de esta índole. En 2020, los gobiernos de todo el mundo gastaron un promedio de solo un 2 % de los presupuestos de salud en salud mental, y los países de ingresos medios bajos invirtieron menos del 1 %.
Nuevas directrices de la OMS
Las directrices mundiales de la OMS sobre la salud mental en el ambiente laboral recomiendan medidas para hacer frente a los riesgos que pueden sufrir los trabajadores, como evitar grandes cargas de trabajo, no fomentar comportamientos negativos entre compañeros y entre jefes y subordinados y otros factores que pueden generar angustia en el trabajo. Por primera vez, la OMS recomienda la formación de los directivos para que puedan prevenir los entornos laborales estresantes y responder a los trabajadores que los sufren.
La inversión y el liderazgo serán fundamentales para la implementación de las estrategias. Es importante destacar que las directrices exigen además intervenciones específicas destinadas a la protección de los trabajadores de la salud, humanitarios y de emergencia.
“Es hora de centrarse en el efecto perjudicial que el trabajo puede tener sobre nuestra salud mental”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “El bienestar del individuo es motivo suficiente para actuar, pero la mala salud mental también puede tener un impacto debilitante en el rendimiento y la productividad de una persona. Estas nuevas pautas pueden ayudar a prevenir situaciones y culturas laborales negativas y ofrecer la protección y el apoyo de salud mental que tanto necesitan los trabajadores”.
“Dado que las personas pasan una gran parte de sus vidas en el trabajo, un entorno de trabajo seguro y saludable es fundamental. Necesitamos invertir para construir una cultura de prevención en torno a la salud mental en el trabajo, remodelar el entorno laboral para detener el estigma y la exclusión social, y garantizar que los empleados con problemas de salud mental se sientan protegidos y apoyados”, ha concluido Guy Ryder, Director General de la OIT.
Noticias relacionadas
Crean una nueva tecnología beneficiosa para tratar el cáncer de próstata
La combinación PET-PSMA, expuesta en el comité de innovación de la Fundación IDIS, permite conocer qué tipo de terapia es necesaria para tratar la enfermedad
Trasplantan un hígado humano tras ser tratado durante tres días fuera del cuerpo
En un primer momento el hígado fue descartado por no tener la calidad suficiente para ser trasplantado
El Hospital Gregorio Marañón, pionero en el tratamiento de arritmias sin cirugía
La técnica, conocida como electroporación, destruye las células con catéter mediante pulsos de corriente eléctrica de alto voltaje
