Por Gema Puerto
12 de septiembre de 2022De nuevo Ana tiene que llamar al trabajo y alegar que no puede ir a trabajar. La migraña la ha vuelto a visitar con su guadaña y, como desde hace 19 años, tendrá que meterse en la cama, bajar las persianas para que no entre luz y soportar un dolor intenso en el lado izquierdo de su cabeza que la paraliza. “No soporto el ruido, la luz, los olores. Mi propio perfume me molesta. La luz es tan insoportable que tengo que cerrar los ojos para quedarme a oscuras”, explica Ana en el vídeo de la campaña “Ponte en mi cabeza”, de la Asociación Española de Migraña y Cefalea, AEMICE.
La migraña es una enfermedad neurológica que causa episodios recurrentes de dolor de cabeza de intensidad grave a moderada, que puede estar acompañada de náuseas, vómitos o intolerancia a la luz, al sonido y a los olores.
Más de cinco millones de personas en España sufren esta afección, que tarda casi siete años de media en recibir su diagnóstico.
Enfermedad incapacitante
Infravalorada, infradiagnosticada e infratratada. La migraña tiene un alto impacto en la calidad de vida de la persona que la sufre, ya sea en el plano laboral, familiar o social. En concreto, es el tipo de cefalea que más impacto tiene en el trabajo, con una reducción de la jornada laboral superior a 12 horas semanales en el 10% de los trabajadores con migraña, mientras que más del 80% de los pacientes se pierde eventos sociales por culpa de la enfermedad.
Pese a todo, la sociedad todavía banaliza y reduce su problema a un simple dolor de cabeza. Como indica el doctor Pablo Irimia, neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra y coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (GECSEN), la migraña es un dolor de cabeza de una gran intensidad que no puede ser comparada con una cefalea normal. “En España, esta enfermedad supone la primera causa de discapacidad en menores de 50 años. Un paciente, en una crisis intensa, se tiene que meter en la cama habitualmente, ya que ese dolor empeora con la actividad física de rutina, como subir unas escaleras, por eso muchas veces no puede ir a trabajar, pero tampoco puede cuidar de su familia, es una enfermedad muy limitante”, señala el neurólogo.
Infradiagnóstico y falta de equidad en el acceso a los tratamientosRespecto a la falta de diagnósticos, el doctor Irimia afirma que esto se explica porque menos del 40% de los pacientes con migraña acuden a consulta por su dolor de cabeza, “ya que muchas personas consideran que es un problema que han padecido otras personas en la familia y que no tiene solución, y no buscan ayuda médica”. Además, el neurólogo asegura que, en España, se necesitan casi 7 años de media para recibir el diagnóstico completo “y eso retrasa mucho también el inicio del tratamiento”.
A la hora de tratar esta patología, existen terapias eficaces, tales como los triptanes, una medicación específica para los ataques de migraña. Sin embargo, según asevera el experto, la prescripción de los triptanes en España es relativamente baja: menos del 30% de los pacientes que deberían estar en tratamiento lo están recibiendo.
En cuanto al tratamiento preventivo, aquel que busca reducir los días de dolor y que éstos sean menos intensos, de acuerdo con el doctor, “menos del 15% de las personas que lo necesitan lo están recibiendo en la actualidad”.
Además, el doctor recuerda que cada vez disponemos de más tratamientos de nueva generación (como los anticuerpos monoclonales). “En los últimos años se están produciendo muchas novedades en los tratamientos para la migraña, tanto para las crisis como para la prevención de éstas. Y vamos a conseguir que muchos de los pacientes puedan ahora controlar su dolor”, informa.
Sin embargo, no todos los pacientes tienen acceso a estos tratamientos. Existe una falta de equidad entre comunidades autónomas en el abordaje de la migraña: “Hemos visto que hay lugares donde se tarda menos tiempo en llegar al diagnóstico o que es más sencillo acceder a determinados tratamientos que en otras comunidades”.