Por Lucía de Mingo
9 de junio de 2022El cáncer de piel representa uno de cada tres cánceres en el mundo. En España se diagnostican alrededor de 78.000 nuevos casos al año, de los cuales un 5% son melanomas, un tipo de cáncer más agresivo y con peor pronóstico. El 95% restante se corresponde con cáncer de piel no melanoma, fundamentalmente carcinomas basocelulares (CBC) y espinocelulares (CEC). Aunque en términos generales éstos tienen mejor pronóstico, en ocasiones pueden dar lugar a complicaciones importantes y metástasis.
En el marco del 49º Congreso de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), especialistas en dermatología oncológica han abordado las últimas novedades en este campo, que incluyen el uso de nuevos fármacos y tratamientos. Además, han informado sobre las ventajas que ofrece la incorporación de herramientas de inteligencia artificial (IA) a los métodos de diagnóstico.
Inmunoterapia y medicina personalizada
El tratamiento más extendido para el cáncer de piel continúa siendo el
quirúrgico. Sin embargo, hay pacientes para los que la cirugía no es una opción
o necesitan de procedimientos complementarios. El doctor Onofre Sanmartín, jefe
clínico del Servicio de Dermatología de la Fundación Instituto Valenciano de
Oncología, ha explicado que “se está avanzando mucho en el tratamiento
pre-cáncer cutáneo”, dirigido a pacientes con la piel dañada por el sol de
forma crónica. “Para ellos, hemos desarrollado nuevos fármacos de uso tópico,
como la tirbanibulina, que revierte y/o reduce el riesgo de aparición de carcinomas;
y si finalmente aparecen, son más pequeños o lo hacen en menor número”, ha
informado.
Algunos de los mayores avances en dermatología oncológica se están dando en el campo de la inmunoterapia, en concreto gracias a los inhibidores de puntos de control inmunitario, unos nuevos fármacos que bloquean la acción de las proteínas que limitan la respuesta inmunitaria del propio cuerpo. Éstos ayudan a las defensas del paciente en su lucha contra el cáncer, en lugar de atacar directamente los tumores.
El uso de estos inhibidores del check point inmune mejora la supervivencia en los pacientes con metástasis. Además, tiene una baja toxicidad, ya que se administra por vía intravenosa y no genera efectos secundarios como la caída del pelo, la aparición de llagas o la bajada de leucocitos, propios de la quimioterapia.
La inteligencia artificial como herramienta
En dermatología oncológica, la IA contribuye a automatizar el
diagnóstico de los tumores cutáneos. Esto supone una ventaja para el
diagnóstico temprano del cáncer cutáneo y ayuda a generar sistemas de cribado
capaces de priorizar los casos en función de su gravedad.
“La inteligencia artificial permite a los pacientes con cáncer de piel llegar antes a nuestras consultas”, ha señalado el doctor Antonio Martorell, dermatólogo del Hospital Manises de Valencia. Al mismo tiempo, las aplicaciones basadas en inteligencia artificial resultan interesantes para el diseño de modelos que generan algoritmos de predicción a partir de datos anonimizados procedentes de pacientes.
Martorell ha afirmado que “la IA ha llegado para ayudarnos, mejorando la experiencia en la consulta y la atención al paciente, pero las máquinas carecen de capacidad de intuición y de innovación, contrariamente al cerebro humano, por lo que difícilmente podrán sustituirnos”.