Por Gema Puerto
6 de octubre de 2023Un artículo publicado en la revista científica Nature Communications por el catedrático del Departamento de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Universitat de València (UV) Carlos Simón y su equipo investigador, compuesto por científicos de la Universitat de València, el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA y la Fundación Carlos Simón, describe por primera vez las alteraciones celulares responsables del Síndrome de Asherman.
El estudio ha identificado los mecanismos celulares responsables de esta enfermedad rara que crea un entorno disfuncional que provoca la formación de tejido cicatricial, inflamación y alteraciones vasculares.
En la mayoría de los casos, el síndrome de Asherman se presenta en mujeres que se han sometido a algún tipo de cirugía uterina como dilatación o legrado, aunque una infección pélvica grave no relacionada con la cirugía también puede conducir a que se presente esta enfermedad. Las adherencias en la cavidad uterina también se pueden formar después de una infección con tuberculosis o esquistosomiasis.
La enfermedad puede ocasionar, entre otros problemas, amenorrea o ausencia de periodos menstruales, abortos espontáneos repetidos o infertilidad.
Desde hace más de un siglo, las estrategias de tratamiento para esta enfermedad se han centrado en la cirugía, en concreto, la eliminación de las adherencias intrauterinas responsables del síndrome, según la publicación, y las medidas preventivas han tenido resultados clínicos limitados, especialmente en los estadios moderados y graves. Estos nuevos avances en el análisis del endometrio humano han permitido comprender mejor la cartografía celular y la comunicación célula a célula, abriendo la puerta a un diagnóstico más preciso y a enfoques terapéuticos más efectivos.
Para el estudio se reclutaron pacientes diagnosticadas con Síndrome de Asherman moderado o grave. Además, se contó con mujeres fértiles y donantes sanas como grupos de control. Para el estudio también se crearon organoides endometriales (herramientas biomédicas fabricadas a partir de fragmentos del endometrio, un tejido que recubre el útero) a partir de pacientes afectadas y mujeres sanas. Estos organoides –que son endometrios miniaturizados generados en el laboratorio– mostraron rasgos similares a los del tejido endometrial in vivo, lo que sugiere que son un buen modelo in vitro para estudiar el Síndrome de Asherman.
En este estudio se analizaron más de 200.000 células provenientes del endometrio de pacientes con Síndrome de Asherman y de mujeres sanas. El equipo de investigación descifró las diferencias transcriptómicas entre las células endometriales in vivo e in vitro de controles y pacientes, lo que proporcionó mayor información sobre las alteraciones del microambiente endometrial en la enfermedad.
Dichas pacientes forman parte de un estudio clínico en curso, actualmente en fase I/II, que busca validar los efectos de la terapia con células madre procedentes de la médula ósea de las propias pacientes (CD133+) en sus resultados clínicos reproductivos.