El síndrome postvacacional: la dura vuelta a la rutina

Soltar la sombrilla y coger el ratón del ordenador es un gesto que no queremos hacer en verano. Cuando volvemos de vacaciones la rutina cae sobre nosotros como una losa, todavía más si hemos apurado las vacaciones hasta el último día.

Pero las rutinas son necesarias. “Los seres humanos, necesitamos las rutinas para sobrevivir, porque si no viviríamos en la incertidumbre y la impulsividad, pero también necesitamos romper esas rutinas, y para eso están los periodos de descanso y las vacaciones”, asegura la psicóloga Elena Daprá.

En general, la desmotivación que sufrimos al volver de vacaciones es porque en verano “vivimos experiencias muy agradables, que nos hacen fluir, disfrutar y vivir sin horarios ni obligaciones. Comemos, bebemos, reímos y no miramos el reloj. Además, los días son largos y tienen más luz, y esto ayuda a mantener nuestra positividad”, añade Daprá

Síntomas del síndrome post vacacional
Los síntomas más habituales son tristeza, apatía, debilidad generalizada, cansancio y astenia. También se pueden sufrir trastornos del sueño y problemas estomacales. La dificultad para concentrarse y la intolerancia al trabajo, están directamente asociados a toda esta sintomatología.

“En los adultos, se dan con mucha más asiduidad estos síntomas, porque los niños son más plásticos y están conociendo el mundo. Sin embargo, los adultos tenemos rutinas muy marcadas y durante muchos años y por eso nos cuesta mucho volver a ellas. Además, no en todos los casos son satisfactorias, depende del tipo de vida que tengamos y del grado de satisfacción frente a la misma”, concluye Daprá.
Consejos para superar el síndrome post vacacional
La psicóloga señala una serie de recomendaciones básicas para superar este síndrome post vacacional.

“La actitud positiva es fundamental, tomárselo todo con filosofía, por ejemplo, si llegas el primer día a un atasco, tómatelo como un momento para poner la música que te gusta y disfrutar”.

Cuidar el sueño es esencial para llevar el día mucho mejor. Dormir bien, y las horas necesarias, nos ayudará a enfrentar el día con mucha más energía.

Otro consejo clave es “echar la vista atrás para ver que el verano ha sido una época en la que hemos hecho cosas que nos han recargado la energía, también sirve para ayudarnos a tomar esa fuerza para afrontar las jornadas diarias”, afirma Daprá.

Además, volver unos días antes de la reincorporación a nuestro puesto de trabajo ayudará a que nos adaptemos poco a poco a las rutinas de nuestra vida diaria.

Por otro lado, a nivel físico, volver a hacer ejercicio nos ayudará a segregar endorfinas y por tanto a ser más felices. También comer adecuadamente, ya que existen alimentos con ciertos nutrientes que nos ayudarán a tener más energía y a sentirnos mejor.

Además de estas recomendaciones básicas, “hacer algún plan motivador a corto plazo, como otra pequeña escapada o algún encuentro o actividad que nos apetezca mucho, puede ayudarnos a vivir el día a día con más ilusión y a no sufrir tanto este síndrome post vacacional”, afirma Daprá.

Los síntomas pasarán, de hecho, no suelen durar más de siete días, pero si se alargan en el tiempo, más allá de 15 días o un mes, “es absolutamente necesario consultar con un experto, porque podría tratarse de un problema mucho más grave”, concluye la doctora Daprá.

 

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