Por Andrea Martín
30 de agosto de 2022Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han comprobado que los adolescentes que duermen menos de ocho horas tienen más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad.
Esta investigación, presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología mostró que aquellos que duermen menos también tenían más posibilidades de reunir una combinación de otras características poco saludables, incluido el exceso de grasa, tensión arterial elevada y niveles anormales de lípidos y glucosa en la sangre.
“Nuestro estudio muestra que la mayoría de los adolescentes no duermen lo suficiente y que esto está relacionado con el aumento del peso de estos, lo que podría generarles problemas futuros. Actualmente estamos investigando si los malos hábitos de sueño están relacionados con un uso excesivo frente de dispositivos electrónicos”, explicó el autor del estudio, Jesús Martínez Gómez, investigador en el Laboratorio de Imagen y Salud Cardiovascular del CNIC.
Más de mil adolescentes
Realizada dentro del “Programa SI!”, un proyecto de la Fundación SHE con apoyo de la Fundación «la Caixa», la Universidad de Barcelona y el CNIC, la investigación ha examinado la asociación entre la duración del sueño y la salud en 1.229 adolescentes en institutos públicos de educación secundaria en España.
Los participantes tenían una edad promedio de 12 años al inicio del estudio, fueron evaluados durante cuatro años, e incluyó aproximadamente el mismo número de niños y niñas. Para simplificar el análisis, el estudio utilizó ocho horas o más como óptimo.
En comparación con las personas que dormían óptimamente, tener sobrepeso/obesidad fue un 21% y un 72% más probable en las personas que dormían muy poco a los 12 y 14 años, respectivamente. Quienes dormían poco tenían un 19% y un 29% más de probabilidades de tener sobrepeso/obesidad en comparación con quienes dormían de forma óptima a los 12 y 14 años, respectivamente.
“Las conexiones entre la falta de sueño y la mala salud fueron independientes de la ingesta de energía y los niveles de actividad física, lo que indica que el sueño en sí mismo es importante”, asegura el doctor Rodrigo Fernández-Jiménez, líder de grupo del laboratorio de Imágenes y Salud Cardiovascular en el CNIC. “Padres y madres pueden dar un buen ejemplo definiendo una hora constante para acostarse y limitando el tiempo de uso de pantallas por la noche. También se necesitan políticas públicas para abordar este problema de salud global”.