Por Andrea Martín
5 de mayo de 2023Investigadores del Baylor College of Medicine en Texas, Estados Unidos, han identificado la estrategia que utiliza el cáncer de mama para interrumpir las respuestas del sistema inmunitario que detienen su crecimiento y seguir desarrollándose. Así lo han recogido en un estudio, publicado en la revista científica Cell Stem Cell, realizado en modelos animales.
La investigación mostró cómo los tumores de cáncer de mama, de forma remota, envían señales moleculares a la médula ósea, el lugar de nacimiento de las células inmunitarias. Estas señales alteran el entorno natural de la médula ósea de tal manera que se suprime la respuesta para combatir el tumor. Estos hallazgos justifican nuevas investigaciones que podrían conducir potencialmente a mejores tratamientos para los pacientes.
“La investigación ha demostrado que el cáncer de mama puede tener un impacto significativo en el cuerpo incluso antes de que haga metástasis o se propague a otros órganos. Por ejemplo, los tumores pueden alterar de forma remota el ecosistema dentro de la médula ósea, lo que lleva a una respuesta inmune que no ataca al tumor, sino que favorece su crecimiento”, señala uno de los autores del estudio, el doctor Xiang H.-F. Zhang. "Para entender cómo sucede esto, caracterizamos la organización de la médula ósea en modelos animales de cáncer de mama antes de que el tumor hiciera metástasis".
Otro de los descubrimientos que proporcionó este estudio fueron nuevas formas de acelerar la restauración de las condiciones normales en la médula ósea, para que no se eliminen las señales que combaten los tumores, después de la extirpación del tumor, y así ayudar a la recuperación del sistema inmunitario.
Los investigadores se sorprendieron al descubrir que después de extirpar el tumor, que consideraban la fuente del problema, la alteración de la médula ósea no se recuperó de inmediato, lo que origina, en algunas ocasiones, su reaparición. "En algunos pacientes, hemos visto que, incluso después de 40 semanas de la extirpación del tumor, existía en la sangre un gran numero de neutrófilos, las células que se generan cómo respuesta del sistema inmune para luchar contra los tumores", explico Hao.
En algunos casos, la extirpación del tumor va seguida de la inmunoterapia, que depende de un sistema inmunitario intacto para su éxito. "Nuestros descubrimientos sugieren que, al menos en algunos pacientes, el sistema inmunitario aún está comprometido después de extirpar el tumor, lo que probablemente reduzca los efectos beneficiosos de la inmunoterapia”. Por ello, acelerar la restauración de la médula ósea evitaría que se produjera la reaparición de los tumores o metástasis, una situación que puede darse tras varios años, o incluso décadas, después de que se haya extirpado.
“Nuestros hallazgos sugieren una nueva modalidad de tratamiento que es muy diferente de las estrategias actuales. No se dirige a las células cancerosas ni a las células T inmunitarias que atacan a las células cancerosas, se dirige a todo el organismo. Esta nueva modalidad está tratando de eliminar una especie de sombra que se proyecta sobre todo el sistema inmunológico”, explica Zhang. “Es solo el comienzo de una serie de estudios sobre cómo los tumores alteran todo el cuerpo. Nuestros hallazgos respaldan la continuación de nuestra investigación en este camino y esperamos que conduzca a la identificación de tratamientos mejorados para pacientes con cáncer”.