Por Pedro Martínez
18 de diciembre de 2024El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección detectada en la infancia y caracterizada por una serie problemas como la dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Se calcula que la enfermedad afecta a un 6% y, a diferencia de lo que se suele pensar, no es una patología que no afecte a los adultos, ya que la mitad de los niños con este diagnóstico seguirán padeciendolo durante el resto de su vida.
Los tratamientos más habituales para el TDAH son los estimulantes, principalmente el metilfenidato o las anfetaminas. Estos tratamientos son eficaces en su uso con niños y adolescentes, pero no en adultos, para los que no existe un tratamiento que mejore de manera eficaz la calidad de vida a largo plazo. La carencia de ensayos clínicos con medicamentos específicos obliga a adultos a tener muchas de sus recetas fuera de indicación.
El estudio publicado por la revista The Lancet Psychiatry analiza 113 investigaciones previas con casi 15.000 participantes. Este metaanálisis comparó diversos tratamientos farmacológicos y no farmacológicos con el objetivo de dar respuesta a qué tratamiento es mejor para estos pacientes. El análisis de dichas terapias ha demostrado que solo los estimulantes y la atomoxetina, tras 12 semanas de tratamiento, merman eficazmente los síntomas en estos pacientes. No obstante, la atomoxetina fue el medicamento peor tolerado por muchos pacientes, llegando, en muchos casos, al abandono de este. Los investigadores advierten de que estos tratamientos pueden producir un incremento de la tensión o del ritmo cardiaco, problemas para dormir o intensos dolores de cabeza, siendo desconocidos los efectos a largo plazo.
Por otro lado, el estudio analizó terapias no farmacológicas como la cognitiva conductual, el mindfulness o la estimulación transcraneal por corriente directa (terapia basada en la aplicación de una corriente galvánica a baja intensidad sobre el cuero cabelludo con el objetivo de estimular áreas específicas del cerebro). El resultado de estos métodos llama la atención de los investigadores ya que, desde el punto de vista de los médicos, estas terapias tienen un efecto positivo en los pacientes, mientras que los propios pacientes, al autoevaluarse, consideraban que sus síntomas no apreciaban mejoría alguna.
Este estudio replantea la manera en la que se llevan a cabo los tratamientos para estos trastornos en adultos poniendo el foco en la escasa investigación en este campo y la necesidad de desarrollar nuevos fármacos que tengan un efecto a largo plazo con una verdadera mejoría en la calidad de vida.