Por Medicina Responsable
21 de agosto de 2024La producción mundial de carne ha aumentado rápidamente en las últimas décadas y su consumo supera las directrices dietéticas en muchos países.
Ahora, un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) publicado en la revista “The Lancet Diabetes and Endocrinology” ha revelado que consumir carne, particularmente carne procesada y roja, está asociado a un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Las aves de corral como el pollo, el pavo o el pato se consideran a menudo una alternativa a este tipo de carnes, pero no aún no se ha concluido con exactitud si su consumo exime de sufrir diabetes tipo 2 en el futuro.
Los investigadores, con el objetivo de determinar la relación entre la ingesta de carne procesada, carne roja y de aves de corral con la diabetes tipo 2, analizaron datos de 31 cohortes de estudio de 20 países utilizando el proyecto mundial “InterConnect”. En el análisis de los datos de 1,97 millones de participantes tuvieron en cuenta factores como la edad, el sexo, los comportamientos con la salud, la ingesta energética y el índice de masa corporal.
Gracias a la investigación descubrieron que el consumo habitual de 50 gramos de carne procesada al día (dos lonchas de jamón) se asocia a un riesgo del 15% mayor de desarrollar diabetes tipo 2 en los 10 años siguientes. Por otro lado, el consumo de 100 gramos de carne roja al día (un filete pequeño) se asociaba a un riesgo del 10% de padecer diabetes tipo 2.
Sin embargo, el consumo habitual de 100 gramos de carne de ave al día se asoció a un riesgo del 8%, pero cuando se realizaron nuevos análisis para comprobar los resultados en distintos escenarios, la asociación con el consumo de carne de ave se debilitó, mientras que persistieron las asociaciones con la diabetes de tipo 2 para la carne procesada y la carne roja. "Nuestra investigación aporta las pruebas más completas hasta la fecha de una asociación entre el consumo de carne procesada y de carne roja no procesada y un mayor riesgo futuro de diabetes de tipo 2”, señala la profesora Nita Forouhi de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge. “Apoya las recomendaciones de limitar el consumo de carne procesada y de carne roja no procesada. Respalda las recomendaciones de limitar su ingesta para reducir los casos de diabetes de tipo 2 en la población".
Forouhi destaca que, a pesar de que los hallazgos han aportado pruebas más completas sobre la relación entre el consumo de carne de ave y la diabetes tipo 2, “el vínculo sigue siendo incierto y se debe investigar más a fondo”.
El proyecto “InterConnect” utiliza un enfoque que permite a los investigadores analizar los datos de participantes individuales de diversos estudios, en lugar de limitarse a los resultados publicados. Esto permitió a los autores incluir hasta 31 estudios en este análisis, 18 de los cuales no habían publicado previamente resultados sobre la relación entre el consumo de carne y la diabetes de tipo 2.
Al incluir estos datos, los autores ampliaron considerablemente la base de pruebas y redujeron la posibilidad de sesgo por la exclusión de investigaciones existentes. "En metaanálisis anteriores se agruparon los resultados ya publicados de estudios sobre la relación entre el consumo de carne y la diabetes de tipo 2, pero en nuestro análisis se examinaron los datos de los participantes individuales en cada estudio”, declara el autor Chunxiao Li, también de la Universidad de Epidemiología del MRC. “De este modo pudimos armonizar los datos clave recogidos en los distintos estudios, como la información sobre el consumo de carne y el desarrollo de diabetes de tipo 2".
El empleo de estos datos, señala Li, les permitió “tener en cuenta más fácilmente diferentes factores como el estilo de vida o los comportamientos de salud”, los cuales pueden afectar a la asociación entre la ingesta de carne y la diabetes.
La mayoría de los estudios de investigación sobre la carne y la diabetes de tipo 2 se han realizado en EEUU y Europa, y algunos en Asia oriental. Esta investigación incluyó estudios adicionales de Oriente Medio, Latinoamérica y el sur de Asia, poniendo de manifiesto la necesidad de invertir en investigación en estas regiones y en África.
"El uso de datos armonizados y métodos analíticos unificados en casi dos millones de participantes nos ha permitido aportar pruebas más concretas de lo que era posible hasta ahora sobre la relación entre el consumo de distintos tipos de carne y la diabetes de tipo 2", concluye el catedrático Nick Wareham, director de la Unidad de Epidemiología del MRC y autor principal del trabajo.