Por Gema Puerto
16 de noviembre de 2022En la película “Todo lo que usted quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar” un espermatozoide tenía miedo de fecundar un óvulo. De forma cómica y descarada, Woody Allen abordó en 1972 las dificultades de la fecundación. Un problema que ya existía entonces pero que en 2022 se ha incrementado ya que la infertilidad masculina afecta al 40% de las parejas, según los datos aportados por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
En la investigación “Tendencias temporales en el recuento de espermatozoides: revisión sistemática y análisis de metarregresión de muestras”, de la publicación “Human Reproduction Update”, donde se han tomado datos de varones de 53 países, se demuestra que desde el año 2000 a la actualidad la concentración de esperma de los varones se ha reducido a la mitad y este fenómeno se repite de manera similar en los cinco continentes.
En la investigación, en la que han participado investigadores de la Universidad de Murcia, se ha estudiado los problemas de fertilidad masculina en los cinco continentes concluyendo que los datos de decrecimiento del esperma son similares en todos los países.
Desde 1973 a 2018 la concentración espermática ha pasado de 101 millones por cada mililitro a 49 millones por mililitro, y el ritmo de descenso se está acelerando, tanto que, si no se atajan pronto las causas, en una década habrá una epidemia de infertilidad masculina. Si en 1973, la concentración espermática bajaba a un ritmo anual del 1,16%, desde 2000 lo ha hecho a una velocidad del 2,64%.
Según la clínica de reproducción asistida VITA, aproximadamente entre un 12% y un 18% de las parejas tienen problemas para lograr el embarazo debido a un problema de fertilidad. En un 40% de estos casos el origen del problema es exclusivamente masculino, debido principalmente a una mala calidad del semen, cuya calidad se ha reducido a la mitad en los últimos 50 años.
Los autores del estudio no se han adentrado en las causas de la baja calidad del semen, pero señalan a determinados hábitos de vida y cómo los compuestos químicos en el medio ambiente están afectando al desarrollo fetal.
De acuerdo con el doctor Vicente Badajoz, director de laboratorio de Ginefiv, “las variaciones en la calidad seminal han quedado contrastadas en múltiples estudios relacionando actividades profesionales y cotidianas: ambientes laborales sin aire acondicionado, trabajos a altas temperaturas, ordenadores como fuentes de calor próximas a la zona testicular, posturas corporales poco recomendadas, efecto de las saunas, etc.”
También numerosas investigaciones han relacionado el deterioro de la calidad del esperma con diversos factores medioambientales y la exposición de los adultos a plaguicidas o a la contaminación, el tabaquismo, el estrés y la obesidad.