Por Luis del Val
30 de septiembre de 2025La mayoría de los médicos estudian Medicina por vocación, y tienen claro que su objetivo es salvar vidas. Por eso, ante el aborto, interrumpir el proceso de una vida, tienen dudas, y no son pocos los que aducen objeción de conciencia para llevarlo a cabo, cuando no peligra la vida de la madre o una enfermedad.
Bueno, no todos los médicos. La ministra de Sanidad, que es médico, está muy enfadada por la objeción de conciencia de los médicos. Y la ministra de Igualdad, que compró unas pulseras de protección a la mujer. que sólo servía para asustarlas, también está indignada. Y para curar su indignación parece que están dispuestas a derogar la objeción de conciencia de los médicos, mediante una posible reforma constitucional.
Ya es un asalto a la intimidad del médico, obligarle a confesar públicamente, que no está dispuesto a realizar abortos, mediante lo que llaman una lista privada. Una lista privada a la que tendrán acceso todos los funcionarios del Ministerio de Sanidad.
Ahora se va más allá: derogar la conciencia de los médicos. ¿Y qué van a hacer? ¿Llevarán al médico esposado, hasta el quirófano, acompañado de un pareja de la Guardia Civil, o de la Policía?
Una mujer tiene múltiples medios a su alcance para no quedarse embarazada. Desde medios anticonceptivos para ella o su pareja, hasta la posibilidad de la llamada pastilla del día después, por si han fallado las precauciones. Pero si no es precavida, y espera a que pasen tres o cuatro meses para decidirse, entonces tiene que ser el médico el que acuda a solucionar el problema generado por ella y su pareja.
La ministra de Sanidad va a repartir preservativos para las niñas y los niños de 14 años. Pero si se descuidan, no pasa nada. Habrá un médico que tendrá que hacer un trabajo que repugna a su conciencia, porque la conciencia se la van a derogar entre dos ministras. Es todo tan autoritario que casi resulta ridículo.