Me han recetado escribir un diario

Solemos estar tan atareados contestando correos, leyendo whatsaps, hablando por teléfono o buscando datos en internet, que apenas tenemos comunicación con nosotros mismos. Y esa falta de saber de nosotros puede derivar en pensamientos negativos, que conduzcan al malestar, la tristeza o bordear la depresión. 

La Psicología más avanzada ha descubierto una solución eficaz, que no es nada cool, ni moderna, ni epatante: consiste en escribir un diario. Un diario, sí, esa costumbre que nació hace varios siglos, y que consiste, al final del día, en redactar una líneas donde describas lo que te ha pasado y lo que piensas de ello. La pequeña decepción, la momentánea alegría, la frustración, la pequeña equivocación, el diminuto éxito, o sea, la vida, nuestra vida. 

Nada de grandes sesiones psiquiátricas, ni fármacos euforizantes: cuéntate a ti mismo lo que te sucede cada día. Decían los griegos -que tampoco han pasado de moda- “Conócete a ti mismo”. Lo decía hace 2600 años. Bueno, pues los psicólogos del siglo XXI lo recetan para los adultos. Hubo decenas de generaciones de adolescentes que escribieron un diario. Parecía que, al madurar, ya no era necesario. Pero es que, hoy, los adultos con tanto móvil, tanta imagen, tanto video, tanto plasma y tanto paseos por google, nos olvidamos de quienes somos. No, no hace falta bolígrafo y papel: escribe en la tableta o en el ordenador. Y te conocerás a ti mismo. Y podrás predecir esa desgana y esa tris atrezo que puede derivar en una terrible depresión. Decir “Me han recetado escribir un diario”,  es la última palabra en Psicología. 

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