Por Medicina Responsable
25 de abril de 2024La base fundamental de la Educación, en cualquier país, no son el número de cátedras, o la investigación en ámbitos universitarios, sino la calidad de los profesores en las escuelas y en los institutos. En el ámbito de la Medicina, cualquier país puede llegar a ser sobresaliente en alguna especialidad determinada (oncología, urología, cardiología, etcétera) pero eso no garantiza que la Medicina de ese país sea sobresaliente, porque no puede haber una Medicina extraordinaria si fallan los fundamentos y no hay buenos médicos de familia. Sin suficientes médicos de familia, los ciudadanos están huérfanos.
Además, médico de familia es también una especialidad, y, sin querer, se convierte en un poco internista, un algo endocrinólogo, o sea, un médico capaz de observar el bosque y los árboles, dicho sea sin menosprecio hacia ninguna especialidad. Uno de los grandes médicos, Gregorio Marañón, decía que el médico generalista no trata enfermedades, sino personas, y que tan importantes es saber cosas, como saber amarlas.
Vivimos una etapa confusa, en la que parece que uno de los aspectos más importantes, como es la medicina de familia, es observada por las nuevas hornadas de profesionales como algo de escasa entidad, cuando es el cimiento de la atención sanitaria.
Por si fuera poco, no sólo quedan abandonadas las plazas de médicos de familia, sino que son cientos los médicos españoles que se marchan a otros países, y cientos de médicos de otros países que los vienen a España. ¿A dónde se marcha a ejercer los médicos españoles? A Reino Unido, Francia y Bélgica, principalmente. ¿De dónde vienen los médicos a ejercer a España? De Cuba, Argentina y Venezuela.
Que cada uno saque sus conclusiones. Pero si no se aborda el problema puede que lleguemos a tener trasplantadores de órganos extraordinarios, pero padeceremos una falta de atención y una deshumanización médica que será muy difícil de solucionar. Y será porque no se quieren ver unos síntomas que son muy clarísimos.
