Por Medicina Responsable
17 de mayo de 2023La Medicina no tiene partido político, como no lo tiene la Física, o la Geografía, o la Música, pero estamos en periodo electoral, y los políticos convierten la Medicina en arma política.
En muchas comunidades autónomas -sobre todo las que disponen de un canal de televisión regional- se llevan a cabo debates entre los que gobiernan y los que aspiran a ser elegidos para sustituir a los actuales. La visión de estos debates suele resumirse en que los que gobiernan están satisfechos por lo que han llevado a cabo, mientras los opositores ven toda clase de deficiencias, algunas relacionadas con asuntos que no tienen nada que ver con la Sanidad. En algunos debates el nivel es tan deplorable que, de las decenas de miles de muertos que se produjeron por el COVID, los aspirantes a gobernar señalan como asesino/as a los que gobiernan. Ni el más retrasado y tonto de los alumnos de cualquier escuela griega, de hace 2500 años, hubiera caído en tan burdo y grosero argumento dialéctico.
Partiendo de ese dislate, cualquier raciocinio o atisbo intelectual queda envuelto en las boñigas de las mentiras.
En la Unión Europea, todos los expertos cualificados -y que traen consigo currículos brillantes- coinciden en estar asustados por el futuro de la Sanidad en el continente, y no dudan en diagnosticar que se trata de una bomba de relojería, que puede estallar en cualquier momento, porque entre las expectativas creadas entre los ciudadanos europeos y la inmigración descontrolada, sólo hace falta saber algo de aritmética para llegar a la conclusión de que los recursos no son ilimitados.
Bueno, pues contemplar cualquiera de los debates que se producen estos días, es desolador al comprobar la frivolidad con las que se manejan cifras y presupuestos, y la ausencia de conocimiento de la realidad que exhiben. El nivel, no es que sea bajo, sino que se asemeja a personas con claros problemas de discernimiento. Y son, ellos y ellas, quienes manejarán los presupuestos de Sanidad. Será entonces, cuando tendrán que reconocer que, en cualquier autonomía de España, como en cualquier rincón de Europa, los recursos son limitados, lo serán cada vez más, y lo único que veremos aumentar serán las mentiras. Y no hay nada que perjudique más gravemente a la Sanidad que el compuesto de política y mentiras.