Héroes en la farmacia

Durante decenios, en los pueblos rurales de España, no importaba quién fuera el alcalde, porque quienes marcaban la pauta de valores y costumbres eran el médico, el párroco, el farmacéutico y el maestro.

Santiago Lorén, médico y escritor de novelas de éxito, popularizó una sección periodística titulada “La rebótica”, donde reunía en tertulia a esas fuerzas vivas, con sus encontronazos ideológicos, donde el conservadurismo solía estar representado por el párroco y el maestro, mientras los profesionales que venían del campo de la ciencia -médico y farmacéutico - solían defender ideas más modernas. 

Hoy, todos estos cometidos los llevan a cabo las mismas personas, pero atendiendo a los habitantes de varios pueblos, y trasladándose en automóvil de un lugar a otro.

La situación más difícil de sostener es la de las farmacias. Un reciente reportaje -firmado por Helena Cortés, en ABC- avisaba de las dificultades económicas de sostener una farmacia en un pueblo de poco más de cien o doscientos habitantes; de la imposibilidad de tener un stock mínimo y suficiente; del impedimento de contratar a un ayudante, porque no hay presupuesto… y eso lleva consigo 24 horas de guardia diaria, siete días a la semana,  y la imposibilidad de poder tomar vacaciones. A todo esto añadan el olvido gubernamental, porque una cosa es predicar y, otra, dar trigo, y es muy diferente mostrar en un discurso preocupación por la España Vaciada y, otra, tomar medidas necesarias y urgentes. Suscita vergüenza conocer que a algunas farmacias rurales, con objeto de que no cierren, se les proporciona una ayuda de…¡poco más de doscientos euros mensuales!

Está demostrado el heroísmo de los farmacéuticos -casi el 70% son mujeres- pero no se puede ser héroe o heroína todo, el año y todos los días, sin tener un día de vacaciones. Además, está demostrado que el cierre de la farmacia suscita la marcha del pueblo de las mujeres jóvenes, y el corte del freno a la decadencia económica y social. ¿Ni siquiera en periodo electoral son capaces de aliviar esta agobiante situación con alguna medida? Entonces, habría que colegir que la España Vaciada les importa tanto como la colocación de las sardinas en sus latas. 

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