Libertad de prensa y extraños periodistas

Este es un medio comunicación, asesorado por excelentes profesionales de la Medicina, pero confeccionado por periodistas. Un medio modesto, sectorial y humilde, pero que, como los grandes medios generalistas, influyentes en nuestras sociedad, hemos nacido gracias a la Libertad de Prensa que rige en la sociedades democráticas occidentales, y forman una de sus bases. Naturalmente, la Libertad de Prensa tiene sus límites, y las marca la Ley. Las leyes ante las que, según la Constitución, todos los ciudadanos somos iguales, sin ningún tipo de discriminación, seamos periodistas, médicos, cultivadores de patatas, paracaidistas, carpinteros o investigadores. Por eso mismo, nos alarma que un puñado de periodistas, ante determinados acontecimientos políticos, hayan aparecido pidiendo contención y control de los medios de comunicación. La contención la decide la línea editorial de un medio, y el control está en la legislación vigente. Por eso, es frecuente que un medio sea condenado a publicar una rectificación o a abonar indemnizaciones. Por sentencia de un juez. No por capricho de un censor, como sucedía en la Dictadura, que algunos de los que se sientan en la Redacción de este medio, han vivido y han sufrido.

Desde nuestra modesta tribuna, nos parece raro que se pida mayor control, cuando ya sufrimos -en el subconsciente y en el consciente- la corrección política y la autocensura, nacida de la experiencia. 

Claro que este es un país muy raro, en el que la actual ministra de Sanidad, estuvo en contra de la construcción de un hospital -el Zendal, de Madrid- que es algo así como si un actor estuviera en contra de la inauguración de un nuevo teatro, o un bombero protestara por la implementación de un nuevo parque de bomberos.

Nuestro objetivo es ayudar a humanizar la Medicina. Y en eso estamos. Con nuestra libertad y con nuestro entusiasmo, con nuestro criterio y nuestra independencia. Y no necesitamos más autocontrol, que el de nuestro sentido común. Y nos sobran esos colegas, que parece que añoran una nueva censura. Ya están las leyes. A no ser que también se quieran cambiar las leyes, en provecho de un color político determinado, y a favor de la opresión.

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