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El doctor César Casado realiza una intervención pionera en Burundi que aspira a impulsar la microcirugía en países en vías de desarrollo

El cirujano reconstruyó la mucosa oral de un niño de 11 años con graves secuelas por la enfermedad de noma empleando un colgajo libre, siendo la primera intervención de este tipo en el país

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El doctor César Casado realiza una intervención pionera en Burundi que aspira a impulsar la microcirugía en países en vías de desarrollo
El doctor César Casado durante su última campaña de cirugía en Burundi

Por Juan García

15 de julio de 2025

El doctor César Casado Sánchez, jefe de Cirugía Plástica en el Hospital Ruber Internacional de Madrid, está acostumbrado a lidiar con situaciones extremas en sus viajes a uno de los países más pobres del mundo, Burundi, para realizar intervenciones quirúrgicas de forma altruista a quienes más lo necesitan. Esta es una iniciativa que hace de la mano de varias ONGs desde el año 2023 y que, el pasado año, le hizo enfrentarse a un grave caso de enfermedad de noma (enfermedad bacteriana grave) en un paciente pediátrico con graves secuelas que le imposibilitaban abrir la boca, dejándole con un pronóstico “letal” si no era intervenido. 

El paciente, de 11 años, tenía ambos brazos amputados y también la pierna derecha por debajo de la rodilla, junto a una importante pérdida de sustancia perioral (labios y piel del entorno). Unas complicaciones que aparecieron como consecuencia de la enfermedad de noma, una patología frecuente en países en vías de desarrollo entre niños en condiciones de malnutrición o falta de higiene. Esta enfermedad consiste en una necrosis de los tejidos faciales que tiene su origen en una infección oral polimicrobiana y que comienza con úlceras indoloras en mucosas y progresa hasta una destrucción ósea. Las particularidades de este caso y los desafíos que presentaba lo convirtieron en la intervención que más marcó la campaña del pasado año y que publica la revista de Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana, por la excepcionalidad del paciente y de la intervención que se le practicó.

En conversación con Medicina Responsable, el doctor reconoce que, “aunque uno siempre piensa que lo ha visto todo”, no es tan fácil liberarse de la impresión que genera enfrentarse a casos tan extremos como este. A través de las ONGs, antes de sus viajes a Burundi, les llegan cientos de casos documentados mediante fotos, en base a las cuales valoran y deciden qué casos pueden intervenir. Esta decisión la resume en algo tan drástico como calibrar si hay opciones para realizar una intervención o si practicarla directamente puede acabar causando la muerte del paciente. “Hay muchas cirugías que no se pueden hacer”, reconoce con pesar.

Un sacerdote les ayudó a introducir el material quirúrgico en el país

La solución del doctor Casado y su equipo frente a este pronóstico fue realizar una intervención que no tiene precedentes en el país: una reconstrucción microquirúrgica de la mucosa vestibular  (espacio entre los labios y mejillas y los dientes y encías) con colgajo libre procedente de la pierna. Es decir, se trata de la primera intervención en este país que extrae tejidos de otra parte del cuerpo para hacer una reconstrucción en otra parte empleando técnicas de microcirugía. Con esta experiencia favorable, que mostró una evolución positiva a los cuatro días de la intervención, Casado y su equipo confían que sirva para incentivar el desarrollo de procedimientos microquirúrgicos en países en vías de desarrollo.

Para realizar esta proeza, tuvieron que superar las importantes limitaciones de equipamiento quirúrgico y las condiciones higiénico-sanitarias en el lugar de la intervención. El cirujano y su equipo trataron de buscar por todo el país unas pinzas de tamaño micro para realizar la intervención (denominadas clamps vasculares), pero no lo consiguieron.  La introducción del equipamiento médico necesario está sujeta a complejos y dilatados procesos burocráticos que son revisados con fuertes controles en aduanas. Ante esta situación, lograron obtenerlas gracias a la intermediación de un protagonista inesperado: un sacerdote burundés que viajaba desde España y pudo meter el material en el país.

La limitación de la apertura bucal del paciente era un aspecto que hacía prever una intubación para sedarlo dificultosa, pero afortunadamente pudieron hacerlo sin mayores complicaciones. 

El procedimiento consistió en la extracción de dos porciones de piel (colgajos) para ponerlos en la zona de la boca que acusaba los efectos de la necrosis y reconstruir así la mucosa de esa zona.

A los cuatro días de la intervención, la zona intervenida presentaba una evolución favorable, quedando a partir de ahí su seguimiento a medio y largo plazo en manos de los sanitarios del país bajo la supervisión de médicos españoles. La intervención consiguió así su objetivo de devolverle la función labial al niño para que pudiera abrir la boca con normalidad.

Un proyecto solidario

La idea de realizar estas campañas quirúrgicas nació tras el traslado de un paciente pediátrico a España para someterse a una intervención que no podían practicarle en su país. Desde entonces, el contacto con las ONG que operan en Burundi permitió poner en marcha estas iniciativas para realizar cirugías de forma altruista en el país.

El doctor Casado destaca que completar un procedimiento con éxito le hace “volver con una sensación muy bonita”. No obstante, los retos para realizarlas son mayúsculos en un país donde diariamente se hace de noche a las seis de la tarde durante todo el año, lo cual complica la logística teniendo en cuenta los frecuentes cortes de luz que se producen.

La desnutrición y la proliferación del VIH se ceban en este país con una población que también acusa unos elevados niveles de analfabetismo (en torno al 25%). Cuando se ponen en manos del doctor y su equipo, el cirujano vislumbra en ellos escepticismo y temor, aunque estos se disipan al ver los resultados.

Burundi afronta actualmente una coyuntura de estabilidad política que puede servir de base para su lento desarrollo, tras dejar atrás episodios cruentos de conflictos étnicos. Mientras llega este desarrollo, iniciativas como en la que participa el doctor Casado aportan un rayo de esperanza para muchos pacientes en situación crítica. 



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