Los MIR se alejan de los pueblos

En España hay 10.018 consultorios locales y 3.033 centros de salud. En total 13.051 centros de Atención Primaria. Sin embargo, aunque sea el punto de encuentro entre la sociedad y la medicina, es decir, el primer nivel asistencial y el más cercano a las personas, los MIR han dejado 131 plazas libres de medicina familiar y comunitaria en la convocatoria de 2023, la mayoría en zonas rurales y en comunidades autónomas con mucha dispersión geográfica. 

Las Comunidades Autónomas que se han quedado con más plazas sin asignar han sido Castilla y León con 40, Galicia con 33, Extremadura con 16 y Aragón con 15. Localidades como Calatayud, Alcañiz y Huesca, en Aragón, o Coria, Navalmoral de la Mata y Don Benito, en Extremadura, se han quedado sin residentes jóvenes de medicina de familia. Todas ellas zonas rurales de nuestro país y algunas pertenecientes a la denominada España vaciada. 

Una de las razones de esta falta de interés por la medicina de familia, en especial en el medio rural, es “el desconocimiento”, explica Laia Homedes Celma, médica rural en el consultorio de Pedrola en la provincia de Zaragoza y secretaria de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, Semergen, en Aragón. “En las facultades de medicina, aunque hay comunidades en las que se toca un poco más, apenas se dan temarios de Atención Primaria. Si no rotan por esta especialidad, y todavía menos por el medio rural, más difícilmente lo escogerán”. 

Además, la situación actual de la Atención Primaria en nuestro país tampoco alienta a los jóvenes médicos a interesarse por ella, lo cual es un problema actual y de futuro, ya que no hay relevo generacional. ¿Qué opinan los jóvenes? Según Manuel Santiago Elías, residente de segundo año de cirugía vascular en el Hospital 12 de octubre, “yo creo que esta especialidad no se escoge por varias razones: los salarios, los contratos y porque últimamente un médico de Atención Primaria se está reduciendo a hacer bajas y prescribir medicamentos. El día a día no resulta tan atractivo”. 

Hacer atractiva la especialidad

Desde Semergen una de las posibles soluciones sería que en las facultades de medicina se impulse más esta especialidad, “que hagan por dar a conocer cómo trabaja un médico de familia, saber qué hace, cómo se trabaja en un medio rural, cómo se trabaja en un centro de salud urbano. Son cosas importantes”, añade la doctora Homedes, que además explica que “tuve la oportunidad cuando hice la carrera de estar en un consultorio rural y a mí me encantó. Ahí fue cuando dije: yo quiero ser médico rural”.

Por otro lado, los profesionales que se dedican a esta especialidad resaltan que es muy completa, “lo puedes llegar a abarcar todo. Evidentemente, a cada uno de nosotros nos gustará más una cosa que otra, a mí me encanta el tema de la diabetes, por ejemplo. Es una especialidad en la que puedes llegar a tocarlo todo, todos los campos que quieras, el límite que tú te pongas”, cuenta la doctora. Sin embargo, parece que esto es algo que no convence a todo el mundo. “Al intentar abarcar todo lo que no requiere ingreso, muchas veces desconoces cosas que en otras especialidades son básicas”, indica el residente Elías. Además, cree que, al no estar especializados en patologías concretas, “se dejan fuera aspectos que no controlas y eso hace que, a veces, las derivaciones a los hospitales sean innecesarias”. 

Eso sí, los que llevan años ejerciendo la profesión en este ámbito destacan una cosa por encima de lo demás: la cercanía con sus pacientes. Ser médico de familia, sobre todo en el medio rural, les permite estar atendiendo a hijos y abuelos convirtiéndolos muchas veces “en el médico de la familia”, concluye la doctora Homedes. 

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