Por Lucía de Mingo
24 de marzo de 2022596 plazas de asistencia infantil están vacías. Las condiciones precarias que ofrecen las comunidades autónomas españolas dan la espalda a la población más joven. Se encuentran sin pediatras asignados y sin ningún otro profesional médico que atienda sus necesidades.
“La situación es muy grave”, ha afirmado Concepción Sánchez, presidenta de la Asociación Española de Atención Primaria (AEPap). A nivel nacional, una de cada 10 de las plazas vinculadas a los pediatras están sin cubrir. Por ello, desde la AEPap han denunciado el déficit de estos profesionales. Aunque la escasez de profesionales en esta especialidad ya lleva golpeando al sistema sanitario español desde hace dos décadas, la pandemia ha recrudecido la situación.
“Llevábamos avisando a la Administración para poder paliar este problema, pero no se ha hecho caso”, añade Guillermo Martín, presidente de la Asociación Madrileña de Pediatría de Atención Primaria. Además, ha señalado que tanto el grupo de pediatras como el de médicos de familia está envejecido. Se calcula que en los próximos cinco años uno de cada tres médicos de familia y uno de cada cuatro pediatras se va a jubilar.
“Los residentes que acaban no quieren venir a trabajar a Atención Primaria por las consultas masificadas, con agendas sin límites y realizando atenciones con menos calidad que ponen en riesgo la salud de los pacientes”, apunta Martín. Por ello, los nuevos pediatras buscan otras opciones en la sanidad privada, haciendo guardias o incluso trasladándose a otras provincias.
La lista de las comunidades autónomas más afectadas la encabezan Madrid, Navarra, Cataluña y Andalucía. Esta situación deja datos alarmantes en la capital española. Cuenta con un 20% de las plazas vacías, es decir, 200.000 niños están sin recibir esta atención.
Sánchez ha señalado que los contratos precarios y en peores condiciones y la imposibilidad de conseguir la ansiada conciliación familiar son los responsables de esto. “Se trata de plazas rurales, con consultas abarrotadas, con profesionales que trabajan completamente solos, a veces ni siquiera sin administrativo, con contratos precarios, turnos de tarde...”.Además, advierte que los niños deben contar con la atención de un especialista como el pediatra, no de un médico general que no esté formado en esta especialidad.
Los puestos de pediatría suponen el 60% en Atención Primaria y un 40% en hospitales. Sin embargo, la formación de los pediatras se sitúa en un 94% en hospitales y solo un 6,25% en AP. “El año pasado en Madrid de todos los residentes que acabaron la especialidad de pediatría solo cinco optaron por la AP”, afirma el vicepresidente.
Martín sostiene que la clave está en establecer medidas e inversión en AP para contratar a más profesionales y así atender consultas normales, no masificadas. “A veces te llegan a citar un paciente cada tres minutos”.
La pandemia ha salpicado también a la salud de los más pequeños. Problemas mentales, de alimentación e incluso en su desarrollo neurológico y del lenguaje. A pesar de que los pediatras han hecho un gran esfuerzo para paliar las consecuencias que ha provocado esta crisis sanitaria, sigue habiendo un agujero negro en su atención médica.