Por Lucía de Mingo
14 de julio de 2023Otro verano sin médicos. La falta de personal sanitario, tanto en el ámbito hospitalario como en Atención Primaria pone en una complicada situación a la sanidad y a sus profesionales un año más. Los centros de salud y los hospitales ven como sus plantillas se ven reducidas, por las vacaciones de los sanitarios, por lo que algunos centros tienen incluso que cerrar plantas enteras y UCIs o retrasar consultas. Porque sí, los médicos también se cogen vacaciones.
La escasez de profesionales que sufre el Sistema Nacional de Salud no es algo nuevo, pero en verano se hace más latente. Como consecuencia directa no se pueden cubrir al cien por cien las demandas sanitarias de los pacientes, produciéndose la temida sobrecarga asistencial. Según el director médico de Medicina Responsable, el doctor Pedro Gargantilla, la realidad en cada hospital es diferente. Los hospitales que acogen a desplazados, como la zona de Valencia o Muria, refuerzan la atención sanitaria, mientras que en los que no son de destino vacacional, como los de Madrid, se cierran camas porque hay menos ingresos de pacientes y la plantilla se reduce a la mitad.
El doctor Tomás Toranzo, presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), indica que esto no es un problema nuevo, pero “este año es mucho más agobiante que otros años porque ha habido más jubilaciones, también más jubilaciones anticipadas, y los recambios no han llegado”. De hecho, afirma que, en los hospitales, también aumentan las listas de espera porque solo se garantiza la asistencia urgente o la patología no demorable. El resultado es un descontento generalizado tanto de los pacientes como de los profesionales sanitarios. Estos últimos, destaca, que “se quejan porque tienen una presión añadida que les sobrecarga, tensiona y estresa, a pesar de que no pueden satisfacer la demanda de los pacientes. En verano el tiempo de trabajo mensual es mayor”. De hechop, lo más habitual es realizar el doble de guardias o más, porque han de asumir las de los compañeros, indica la doctora Sheila Justo, vicepresidenta de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS). “Las consecuencias directas están sobre todo ligadas a su salud mental y física: agotamiento, insomnio por la sobrecarga de turnos nocturnos, estrés y ansiedad”.
El déficit de médicos es un problema que persiste desde hace años. El sistema sanitario español parte de un déficit crónico y de una situación de sobrecarga de base. Según el informe “Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035”, del Ministerio de Sanidad, en todo este periodo, las necesidades de la población son superiores a la oferta. De hecho, el déficit de médicos especialistas alcanzará su punto máximo en 2027, alcanzando los 9.000 profesionales.
La fuga de batas blancas a otros países, la precariedad laboral o la cantidad de profesionales que se jubilan están dinamitando a la profesión. Esta situación está afectando directamente a los pacientes. Factores como la sobrecarga, agotamiento, ausencia de tiempos, las prisas, etc. influyen enla calidad asistencial e, incluso, pueden vulnerar la seguridad de los pacientes, señala la doctora Justo. “Las necesidades de la población deberían estar cubiertas del mismo modo, independientemente de la época del año en la que estemos. De detectarse lo contrario, se debería intervenir en consecuencia”.
No obstante, el director gerente del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Rafael Pérez-Santamaria Feijóo, afirma que en verano no hay ningún problema de cara a cubrir, con calidad, la demanda asistencial de la población. “En verano disminuye la presión asistencial, de forma que se reduce tanto la hospitalización, alrededor de un 10%, como la actividad quirúrgica, alrededor de un 15%”. Además, indica que lo que se hace es reordenar el número de camas operativas en función de la demanda en cada momento. “De esta forma, ante una posible contingencia, se pueden incrementar el número de camas de manera instantánea”. Es más, “a pesar de que no es fácil encontrar profesionales que suplan las vacaciones, en ningún momento esto ha puesto en compromiso la calidad de la atención”.
La escasez de profesionales en Atención Primaria es aún más notable si cabe en este periodo estival. “Se quiere cubrir el mismo trabajo con la mitad de personal”, indica José Polo, presidente de Semergen. Hay que partir de la base de que, en la actualidad, en esta especialidad hay entre 8.000 y 10.000 plazas vacantes en España. Aunque no se llegan a cerrar centros de salud por este déficit, sí que se suprimen consultas y se acumulan tanto en centros de salud urbanos como rurales. El doctor Polo destaca que en los ambulatorios de las zonas de costa se acentúa la demanda asistencial.
El colapso de la AP es generalizado en todo el territorio nacional. “Hay centros de salud que tienen muchas ineficiencias y están sobreexplotados, no se quiere hacer ninguna modificación, en eso prácticamente todas las comunidades mantienen la misma postura. Hay una utilización política de la gestión de la sanidad”, recalca el doctor Toranzo. No hay que perder de vista que los médicos llegaban a ver a 50 pacientes al día antes de que, tras las movilizaciones, los sindicatos acordasen con las diferentes comunidades autónomas que limitasen la capacidad asistencial o que la equiparasen a la capacidad que tiene un médico para mantener la calidad de la asistencia sanitaria. “Esto pone más que en evidencia que, para tener una asistencia de calidad, la plantilla actual, con la organización que tiene el Sistema Nacional de Salud (SNS), es totalmente insuficiente”, resalta Toranzo.
Ante esta situación, la pregunta es evidente: ¿por qué no se hacen más contratos para garantizar una atención sanitaria de calidad? Una de las posibilidades es que se haya normalizado esta situación, porque se repite cíclicamente todos los veranos. Pero, para el doctor Gargantilla la respuesta es que “no hay personal que quiera trabajar, ni dinero”. Por ello, el presidente del CESM considera que la única solución es reducir en el periodo vacacional la actividad asistencial, pero, como esta situación es utópica, se tendrán que hacer cambios organizativos. La doctora Justo se mantiene en la misma línea: “Habría que planificar los recursos humanos, teniendo en cuenta estas ausencias estacionales. Es algo previsible, por lo tanto, tiene solución si se dimensionan adecuadamente las plantillas y se invierten más recursos en Sanidad”.
En el caso del Hospital Universitario La Paz, su gerente explica que lo que hacen es optimizar los recursos de los que disponen, es decir, mejorar la eficiencia, manteniendo o mejorando los resultados en salud y disminuyendo los costes. “Como hospital nos gustaría tener recursos para todo, pero nuestro sistema público de salud se financia con los impuestos de los ciudadanos y es importante conocer el coste de oportunidad. El hecho de tener recursos ‘sobrantes’ en nuestro hospital significaría disponer de menos recursos para otros servicios también importantes”, concluye.