Por Julia Porras
29 de julio de 2022En verano, coincidiendo con el aumento de las temperaturas, el apetito suele reducirse. Con el calor, el organismo ahorra energía y disminuye la necesidad de ingesta calórica. Sin embargo, también es habitual coger peso durante la época estival. ¿Por qué pasa esto?
Desde el punto de vista científico, la explicación es muy sencilla. Según la doctora Susana Monereo, miembro de OPEN España y responsable de la Unidad de Obesidad, Metabólico y Endocrino del Hospital Ruber Internacional (Madrid), “la grasa corporal es un importante regulador de la temperatura. Por tanto, cuando la temperatura externa es baja, es decir, hace frío, la grasa subcutánea nos aísla térmicamente y nos protege del frío. Además, se produce un proceso fisiológico en las propias células grasas llamado ‘amarronamiento o Browning’. Mediante el mismo, la grasa se activa metabólicamente, es decir, quema la propia grasa para generar calor y mantener la temperatura corporal”.
Sin embargo, en la época estival y con temperaturas medioambientales altas este proceso fisiológico de “amarronamiento” no se produce. “En vez de gastar calorías las ahorramos y es más fácil ganar peso”, señala la doctora Monereo. De hecho, “según un estudio publicado en 2017 por investigadores holandeses, por cada grado de aumento en la temperatura ambiental se producía un aumento del 0,29% de obesidad y del 0,3% de diabetes”. En cualquier caso, tampoco debemos olvidar que la relajación, la reducción de actividad física o el exceso de ingesta de comida por celebraciones familiares o con amigos, propio de estas fechas, también influye en la ganancia de peso.
Los datos hablan por sí solos. En nuestro país se ha observado una mayor prevalencia de obesidad en aquellas regiones con temperaturas más elevadas. Así, en zonas entre 17,8 y 21,3Cº, una de cada tres personas vive con obesidad, mientras que en lugares con temperaturas entre 10,4 y 14,5Cº lo hacen una de cada cuatro. De hecho, diversos estudios demuestran que una exposición a temperaturas frías y moderadas incrementa la actividad del metabolismo del tejido adiposo en un 10%.
En palabras de la doctora Monereo, “conocer y considerar los efectos de la temperatura ambiental sobre el metabolismo del tejido adiposo, además de sobre factores directamente relacionados con la obesidad, como son la ingesta, el gasto calórico o la práctica deportiva, es fundamental para asegurar un abordaje integral de esta enfermedad”.
#LosGradosPesan En España, el coste actual para el Sistema Nacional de Salud causado por los problemas de salud relacionados con la obesidad ya es de 2.000 millones de euros, según datos de la Red OPEN España, asociación cuyo objetivo es generar apoyo nacional para mejorar la atención de la obesidad junto a los responsables de las políticas de salud pública, los pacientes, las sociedades científicas y los expertos en la materia. De hecho, de continuar la tendencia, en 2030 habrá más de 27 millones de personas con sobrepeso en España, lo que supondrá un sobrecoste de 3.000 millones de euros.
Por esta razón, a través del hashtag #LosGradosPesan, OPEN España quiere incidir sobre la influencia de las temperaturas en el desarrollo y manejo de la obesidad. Y es que el calor excesivo también influye negativamente en la salud de las personas con obesidad afectando, por ejemplo, a su presión arterial o movilidad
Riesgos del calor en las personas con obesidad
Junto a los niños y a las personas de edad avanzada, las personas con obesidad o sobrepeso son especialmente vulnerables ante las altas temperaturas. Como indica la doctora Monereo, “la persona obesa, al tener una mayor capa aislante de grasa, necesita aumentar mucho más la sudoración para disipar el calor”. Así que, esta dificultad para enfriarse les hace más propensos a sufrir golpes de calor y cuadros de hipertemia asociados al ejercicio.
Para intentar minimizar los riesgos de las altas temperaturas, es importante que la persona con obesidad o sobrepeso siga algunas recomendaciones específicas como:
- Reducir la ingesta de productos calientes y tomar productos fríos.
- No exponerse en lo posible al sol y a las altas temperaturas.
- Hacer ejercicio en las primeras horas del día (antes de que haga mucho calor).
- Llevar ropa ligera que transpire bien y que no sea oscura.
- Hidratación continua ya que al tener mucha superficie corporal las personas con obesidad pierden más agua.