Por Eva Abajo
7 de junio de 2023La polipíldora, desarrollada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), es un medicamento eficaz para el tratamiento de pacientes que han sufrido una patología cardiovascular.
Después de la covid, la pérdida de calidad asistencial ha derivado en un aumento de la mortalidad por razones cardiovasculares. Factores como la reducción de los programas de prevención, los cambios en el estilo de vida motivados por el confinamiento y el abandono de la continuidad asistencial han influido en el deterioro de la salud cardiovascular de muchas personas.
El principal problema que plantean los tratamientos para prevenir eventos cardiovasculares es la falta de adherencia de los pacientes. Menos del veinte por ciento son pacientes diana de los tratamientos para controlar el colesterol y un año después de sufrir un accidente cardiovascular, al menos la mitad de los afectados deja de tomar la medicación. La polipíldora desarrollada por el CNIC podría poner remedio a esta cuestión.
Compuesta por aspirina, atorvastatina y ramipril, la polipíldora reduce casi en un veinticinco por ciento la posibilidad de sufrir nuevos paros cardiacos. Este fármaco permite optimizar la atención sanitaria y simplifica mucho el tratamiento, puesto que el paciente solo tiene que tomar una pastilla que sirve para remodelar el ventrículo, estabilizar la placa y antiagregar las plaquetas. La facilidad de administración ayuda a reducir la mortalidad y fomenta la adherencia al tratamiento, dos aspectos clave en el seguimiento de cualquier enfermedad.
Los beneficios de la polipíldora se reflejan en el estudio NEPTUNO, cuyos resultados demuestran que los pacientes tratados con esta medicación tienen un riesgo menor de sufrir eventos cardiovasculares que aquellos que reciben medicamentos idénticos por separado. El estudio SECURE, liderado por el doctor Valentín Fuster, Director médico del Hospital Monte Sinaí, apuntala estas conclusiones. Los resultados de su investigación han demostrado que la ingesta de este fármaco favorece la reducción de los eventos cardiovasculares en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
En los ensayos clínicos realizados recientemente, los medicamentos disponibles para tratar enfermedades cardiacas mostraron una eficacia que oscilaba entre el quince y el veinte por ciento. El tratamiento con polipíldora mejora estos pronósticos con una efectividad extraordinaria, al reducir en un veinticuatro por ciento la posibilidad de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores y en un treinta y tres por ciento la tasa de mortalidad.
A pesar de que la polipíldora se puede prescribir en cualquier momento del recorrido asistencial, se recomienda recetarla tras el alta del paciente, que se encuentra más receptivo y con plena consciencia de que ha sufrido un problema de salud grave. En esta fase, los niveles de adherencia al tratamiento son más altos, lo que ayuda a establecer una cultura preventiva eficaz.
La polipíldora española representa una gran oportunidad para fomentar la adherencia al tratamiento y el gran reto que se plantea es protocolizar su prescripción tras el alta hospitalaria, para atajar cuanto antes el riesgo de sufrir un nuevo evento cardiovascular.