Por Pedro Martínez
15 de abril de 2025Durante la madrugada del domingo al lunes fallecía, en un centro de salud de Roquetas de Mar (Almería), un niño de corta edad tras ser circuncidado en su domicilio de la misma localidad.
Los padres del menor, de nacionalidad maliense y creencias musulmanas, decidieron organizar un ritual de circuncisión clandestino llevado a cabo por un presunto facultativo que no aplicó las medidas de higiene y seguridad necesarias para este tipo de intervenciones.
Tal y como aseguran fuentes policiales al diario el Ideal, cuando el menor llegó al centro de salud sufría una fuerte hemorragia causada por las lesiones derivadas del proceso. Esta pérdida de sangre y otras patologías relacionadas con la mala praxis durante el proceso fueron el motivo por el cual los sanitarios no pudieron hacer nada más allá de certificar la muerte del menor, momento en el que se activó el protocolo de agresión a menores que conllevó la detención de los padres y del presunto médico que realizó la cirugía.
Una vez certificada la muerte, el cuerpo del menor fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le realizó la autopsia correspondiente para determinar las causas de la muerte. Por su parte, los agentes de la Guardia Civil procedieron al registro de la vivienda de los padres, donde se llevó a cabo el ritual de circuncisión.
Además de en el judaísmo y el islam, la circuncisión también es llevada a cabo por algunos pueblos indígenas; en algunas familias a modo de tradición familiar, por una necesidad médica e incluso por una decisión personal relacionada con la higiene.
Este proceso consiste en la extirpación de una parte o el total del prepucio (piel que recubre el glande) para terminar dejando el glande al descubierto. Para ello se necesita la aplicación de anestesia local en un proceso que no suele requerir de hospitalización. En España, la Sanidad Pública cubre este proceso en todos los casos, excepto al ser por motivos culturales o religiosos.
Este suceso no es el único relacionado con este ritual. Ya en 2017 se detuvo a un falso médico que, en diferentes puntos de las provincias de Murcia y Almería, realizaba este tipo de cirugía a domicilio por un precio de 120 euros.