Por Juan García
22 de julio de 2025La publicación de las plazas para la próxima convocatoria MIR cuenta con una principal novedad: la nueva especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias. Los urgenciólogos celebran la llegada de esta ansiada especialidad como una reivindicación histórica del colectivo, aunque el camino hasta conseguirlo ha contado con no pocos contratiempos y no está aún cerrado definitivamente. Tras la acreditación de las unidades docentes para los futuros residentes, la especialidad debutará en la convocatoria de 2026 con 82 plazas de formación sanitaria especializada. A la espera de que se publique oficialmente el programa de la especialidad, se trata de una resolución provisional que podría echarse atrás si no queda recogido dicho programa en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Para la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), como baluarte de la reivindicación de la especialidad, este paso adelante es una “buena noticia”, aunque señalan que debe ser solo el comienzo. “A nosotros nos hubiera gustado que fueran más, pero entendemos que hay que empezar poco a poco ofreciendo un número limitado de plazas”, señala a Medicina Responsable su vicepresidente, el doctor Javier Millán. No obstante, insta a redoblar los esfuerzos de cara a las próximas convocatorias, poniendo cifra a las necesidades de urgenciólogos para garantizar el relevo generacional en el Sistema Nacional de Salud (SNS): “Hay que llegar de forma progresiva a las 600-700 plazas para 2027 o 2028”.
El vicepresidente de SEMES reconoce que el número de plazas se les ha quedado corto conforme a sus expectativas, pues esperaban entre uno y dos centenares de plazas. Por ello, insiste en seguir trabajando en los próximos años “poco a poco, pero sin pausa” para acreditar todas las unidades docentes necesarias.
Madrid, Castilla-La Mancha y Andalucía serán las comunidades con más plazas, contando con 11 cada una. “A todos nos hubiera gustado que fueran más, pero lo vemos con ilusión y conscientes de que hay mucho trabajo por delante”, afirma el urgenciólogo.
El doctor Millán puntualiza que en esta primera convocatoria solo se ha acreditado un residente por cada unidad docente, pero “seguro que tienen capacidad para formar a más”. Por ello, deja margen al optimismo en cuanto al desarrollo en los próximos años y concluye que “desde luego, potencial hay”.
Un potencial que pasa, no solo por la capacidad de ir aumentando las unidades docentes, sino por el interés de los propios estudiantes de medicina en la especialidad. “Hay estudios publicados que dicen que entre el 10 y el 12% de los estudiantes de medicina que terminan la carrera elegirían la especialidad de medicina de emergencias”, apunta.
Millán explica que el programa formativo se fundamenta en tres patas fundamentales, haciendo pasar a los residentes por un “hospital principal junto con otro secundario, por así decirlo”, además de formarse en el servicio de emergencias con los centros de coordinación. Además, destaca que la formación incluye “aspectos tan de actualidad como la formación en asistencia ante incidentes y catástrofes de múltiples víctimas”.
Un año después de que se aprobara el Real Decreto para la creación de la especialidad, la constitución de la Comisión Nacional de la Especialidad y la apertura del proceso de consulta pública del programa formativo han plantado las bases para posibilitar que esté de cara a la próxima convocatoria. Desde que echara a andar el proceso, Sanidad ha tenido que lidiar con varios reveses judiciales, por el conflicto con el reconocimiento como especialistas de los profesionales con años de experiencia en el ejercicio de la medicina de urgencias.
Así, concluye que el principal reto para garantizar el buen devenir de la especialidad es “conseguir hacerla atractiva para los residentes y garantizar una formación de calidad”. El vicepresidente de SEMES también recuerda que es un buen momento para crear una especialidad para las enfermeras también, una postura que ya han expresado desde SEMES.