Más de cuatro millones de personas en España padecen trastornos del sueño graves

“Dormir bien, sin alteraciones y el tiempo suficiente, aumenta la calidad de vida”. Así lo afirma el doctor Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable. “Sin embargo, esto es cada vez más complicado, sobre todo tras la Covid, ya que hemos estado expuestos a mucho estrés y miedo y eso ha afectado a los neurotransmisores del cerebro y a la arquitectura del sueño”.

Ante esta nueva realidad, investigadores de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, han elaborado el término corosomnia o covidsomnia, para explicar el insomnio que se ha producido entre la población tras la Covid. Un problema que afecta a una de cada cuatro personas y que antes de la pandemia solo afectaba a una de cada seis. Es más, según la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), más de cuatro millones de personas padecen algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave en España y más de 12 millones de españoles se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador.

Mujeres y sanitarios, la población más afectada

El doctor Gargantilla confirma que existe un perfil que presenta mayor receptibilidad a presentar insomnio tras la pandemia como son “las mujeres, las personas de edad avanzada, sanitarios y las personas perfeccionistas”. Es más, tesis como Trastornos del sueño en población sanitaria e influencia del Covid-19, de la Universidad de La laguna, han puesto de manifiesto que el 86% de los sanitarios que tienen turnos rotatorios (guardias de 24 horas y noches) tienen problemas de este tipo. 

En el desarrollo del insomnio agudo los desencadenantes de la eliminación del sueño suelen ser acontecimientos vitales que, una vez resueltos, encauzan el sueño de nuevo. Hablamos de situaciones como una pérdida laboral o el diagnóstico de una enfermedad. En cuanto al insomnio crónico los motivos pueden ser múltiples como sufrir Alzheimer, depresión, ansiedad, apnea obstructiva del sueño, etc.

De acuerdo con la Sociedad Española de Neurología los factores que determinan qué es un sueño de calidad están relacionados con la duración, que debe ser la suficiente para sentirnos descansados al día siguiente (en adultos, entre 7 y 9 horas); la continuidad, ya que el sueño debe ser estable y sin fragmentación; y alcanzar fases de sueño profundo, que implican un descanso más reparador. “Gran parte de la población podría mejorar la calidad de su sueño mejorando su estilo de vida. Mantener unos horarios y rutinas regulares para acostarse y levantarse es fundamental, pero también lo es hacer ejercicio físico, realizar cenas ligeras, intentar dejar lejos la hora de ir a dormir, los dispositivos móviles, el uso de ordenador… y, en el caso de hacer siesta, no excederse con su duración (no más de 20-30 minutos).  También deben evitarse tóxicos como el alcohol o el tabaco y reducir la cafeína, sobre todo unas horas antes de acostarse”, comenta la doctora la coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

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