Por Andrea Rivero
27 de abril de 2022Los especialistas de diversas asociaciones pediátricas han compartido, tanto para otros profesionales médicos como para la población en general, algunas consideraciones debido al aumento de los casos de la hepatitis aguda de origen desconocido.
Los expertos indican que todas las sociedades científicas pediátricas están realizando un seguimiento exhaustivo sobre estos casos de hepatitis. Recuerdan que, aunque se baraja la hipótesis del adenovirus F41(causante de catarros y resfriados entre otras enfermedades), no existe una causa concreta que justifique el aumento de casos.
La Sociedad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP), la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), junto con la Asociación Española de Pediatría (AEP), recomiendan que los profesionales de la Atención Pediátrica extremen su vigilancia ante la posible aparición de nuevos casos. De esta manera se podrá establecer un diagnóstico adecuado y registrar y comunicar estos casos.
Asimismo, quieren transmitir cautela y calma a la población. En la actualidad no existe ninguna prueba que haga pensar que haya un crecimiento importante del número de casos. Los expertos de la OMS apuntan que las medidas de protección que se han estado llevando a cabo estos últimos años han generado un número menor de infecciones y, ahora, los más pequeños se exponen por primera vez a algunos virus.
La hepatitis en la edad pediátrica
La hepatitis es una enfermedad que afecta al hígado causando una inflamación debido a un aumento en sangre de las proteínas transaminasas. En niños, las causas infecciosas víricas son las más habituales, aunque existen otras menos prevalentes como las tóxicas, inmunológicas o por el uso de fármacos o hierbas medicinales. También existen otras causas como problemas metabólicos o genéticos.
Por norma general, las hepatitis cursan con pocos síntomas o síntomas muy generales como dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea. Pero pueden aparecer otros síntomas como coloración amarilla en la piel y mucosas, color de la orina oscuro o picor en la piel. En estos casos, lo más aconsejable es acudir al pediatra para que evalúe al pequeño y pueda diagnosticar o descartar la enfermedad.
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