Los cigarrillos electrónicos ¿son menos nocivos?

Dejar de fumar es una de las cosas más difíciles de afrontar para un fumador. En los últimos tiempos ha aumentado el uso de los llamados cigarrillos electrónicos para conseguir dejar el hábito del tabaco, pero su uso no es seguro, aseguran desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, que acaban de lanzar un documento donde advierten que estos dispositivos, son nocivos, adictivos y dificultan el proceso de abandono del hábito de fumar.

La SEPAR afirma que los cigarrillos electrónicos y el tabaco para calentar, entre los que se incluyen los vapeadores, son una estrategia de la industria tabaquera para aumentar sus ventas e iniciar a los adolescentes en el tabaco. De hecho, entre el 60 y el 70% de los fumadores que utilizan los cigarrillos electrónicos, no solo no lo dejan, sino que se convierten en fumadores duales, es decir fuman de los dos modos. Por eso piden que exista una regulación legislativa igual a la del tabaco convencional, porque aunque los cigarrillos electrónicos tengan menos tóxicos, siguen causando daños al organismo.

“La reducción del daño es una falsa solución, al representar una estrategia comercial de la industria tabaquera para incrementar sus ventas dificultando el control del tabaquismo, ya que retiene a los fumadores en el consumo de tabaco e impide que éstos hagan intentos serios de abandono. Además, estos productos son una puerta de acceso a los adolescentes en el tabaco”, aseguran desde SEPAR.

Los cigarrillos electrónicos
La polémica se inició cuando se incluyeron estos cigarrillos como tratamiento para dejar de fumar por las guías “National Institute for Health and Care Excellence” (NICE) y se autorizaron para ser prescritos en fumadores en el Reino Unido. Es decir, que los facultativos empezaron a prescribir los cigarrillos electrónicos para que los pacientes dejaran de fumar tabaco convencional.

Por otro lado, existen varias estrategias desde la industria tabaquera para reducir los daños que el tabaco ocasionan en el organismo, pero desde la SEPAR se rebaten todos estos puntos con lógica y coherencia, y desde un punto de vista médico.
Valor de las estrategias para reducir el daño nocivo
Las tabaqueras han presentado durante años diferentes estrategias para seguir vendiendo sus productos y crear la falsa expectativa de la reducción de daños por el consumo de tabaco. Estas son las medidas más controvertidas de los últimos tiempos, rebatidas por la SEPAR

1- Desde 1950 los cigarrillos redujeron la concentración de nicotina, alquitrán y otros componentes del tabaco, a través de la incorporación de filtros a los cigarrillos, la selección del tipo y la variedad de tabaco, el uso de un papel más poroso para envolver el tabaco, así como la incorporación a la mezcla de tabaco reconstituido y el uso de la máquina de fumar cigarrillos. Sin embargo, los filtros de los cigarrillos han sido considerados desde hace muchos años como inútiles para reducir el daño al fumador.

En 2011 un equipo de investigadores de EE. UU. y Japón declaró que el cambio de cigarrillos sin filtro a filtro simplemente alteró el tipo más común de cáncer de pulmón, de carcinoma escamoso a adenocarcinoma, además de no mitigar otros efectos nocivos como las enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
2- Otra de las estrategias aconsejadas y más extendidas fue la de la disminución del número de cigarrillos: bajar  la cantidad de cigarrillos que se fuma cada día es una estrategia común utilizada por los fumadores para reducir el daño. Sin embargo, no existe evidencia de que esta estrategia reduzca los principales riesgos para la salud. Fumar es un comportamiento de búsqueda de nicotina, y los fumadores que reducen el consumo tienden a compensarlo dando más caladas y más profundas a cada cigarrillo, lo que no reduce la tasa de tóxicos totales y, por lo tanto, el daño.
3- Elaboración de cigarros con menos alquitrán y cigarrillos light: muchos fumadores que están preocupados por los efectos sobre la salud del tabaco cambian a cigarrillos con «bajo contenido de alquitrán», porque creen que son menos peligrosos que los cigarrillos estándar. Sin embargo, la producción de alquitrán, monóxido de carbono y de nicotina de los cigarrillos se mide con máquinas que «fuman» artificialmente con lo que no muestran la realidad en un organismo humano. Los cigarrillos bajos en nicotina y alquitrán no son más seguros que los cigarrillos normales, por lo que los cigarrillos llamados light no reducen los riesgos para la salud al fumarlos.
4- Por último, el uso habitual y como sustitutivo de los mencionados cigarrillos electrónicos. La evidencia científica acumulada en los últimos años concluye que estos nuevos dispositivos pueden ser dañinos para la salud. Se han descrito efectos tóxicos sobre el aparato cardiovascular, efectos carcinogénicos, efectos sobre el aparato respiratorio, aumento de la susceptibilidad a la infección por su alteración del sistema inmunitario y mecanismos de defensa.

Legislación necesaria sobre cigarrillos electrónico
Por todas estas evidencias, desde SEPAR piden desarrollar las medidas legislativas oportunas para controlar la venta, lugares de consumo, publicidad y las medidas fiscales de estos nuevos dispositivos de consumo de tabaco, así como promover la deshabituación de los mismos. Al igual que con los cigarrillos convencionales.

Así los nuevos productos del tabaco deberían tener

 

-Así los nuevos productos del tabaco deberían tener:

-La misma carga fiscal que los cigarrillos convencionales.

-Las mismas medidas reguladoras y restrictivas de elaboración y venta.

-Las mismas medidas de prohibición de lugares de consumo, tanto interiores como exteriores.

-La misma prohibición de la publicidad, bien sea directa bien indirecta.

-Prohibición de cualquier patrocinio.

-Cualquier medida que se implemente en la nueva legislación del tabaquismo.
-Dar acceso a los consumidores de esos productos, a los servicios sanitarios que disponen de unidades o consultas de tabaquismo para su deshabituación.

 

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