Por Andrea Rivero
26 de septiembre de 2022El sector sanitario está indudablemente ligado a una continua formación del profesional y a la necesidad de permanecer al tanto de los últimos avances del sector. Sin embargo, esto es algo que se espera del médico, del enfermero, del psicólogo, etc., pero pocas veces se piensa en la necesidad de una formación continuada de los directivos de la salud. Por ello, desde SEDISA impulsan la formación de estos profesionales con el proyecto Desarrollo Profesional Continuado del Directivo (DPC).
“SEDISA, desde el comienzo de su actividad, ha tenido entre sus principales objetivos la profesionalización de sus miembros y el reconocimiento a la labor de los gestores sanitarios, colectivo que desempeña un incuestionable papel protagonista en la sostenibilidad del actual modelo de salud, pese a no ser una profesión sanitaria oficialmente reconocida”, explica Dulce Ramírez Puerta, vicepresidenta de SEDISA y coordinadora del comité de profesionalización.
DPC SEDISA tiene como fin establecer un círculo de mejora continua a través de un mapa de aptitudes que establece los conocimientos, destrezas, capacidades y desempeños que deber tener un directivo de la salud.
Según explica Ramírez, “se trata de un proceso de autoevaluación y certificación que se realiza de manera voluntaria y constituye una herramienta de mejora continua de las competencias directivas, contando además con la ayuda y guía de la figura de un mentor especializado en función de los diferentes tipos de perfil directivo”.
Las competencias de un directivo de la salud
Las organizaciones sanitarias son
diferentes al resto de empresas y, como tal, deben estar dirigidas por profesionales
con competencias específicas. El papel del directivo es clave en el
funcionamiento del sistema de salud y resulta necesario visibilizar y reconocer
su liderazgo en la labor de los centros donde desarrollan su actividad. “Cada
perfil directivo tiene una serie de competencias específicas o técnicas en su
desempeño, si bien existen una serie de competencias que son comunes a todos
los perfiles directivos, que son las competencias transversales”, añade
Ramírez.
Con la colaboración del Grupo de Investigación De Evaluación de las Personas y de las Organizaciones (GIDEPO), de la Universidad Complutense de Madrid, las competencias se han organizado en cinco grupos temáticos: Administración y gestión de organizaciones sanitarias, Políticas y procesos de atención al paciente, Dirección y gestión de personas en las organizaciones sanitarias, Gestión de proyectos, Innovación y calidad y Gestión de crisis.
En paralelo, se está desarrollando una plataforma web que va a permitir realizar una autoevaluación del perfil directivo por competencias y, por otra parte, impulsar la mejora, de forma que un directivo de la salud pueda comprobar el grado de adquisición de las competencias alcanzado en su desarrollo profesional y formarse en aquellas competencias que tenga menos desarrolladas.
“En definitiva, se trata de un proyecto y de una plataforma para ofrecer a los Directivos de la Salud evaluar sus competencias técnicas y transversales para obtener una visión general del desarrollo de estas, formarse en las competencias en las que tenga necesidades de ampliar sus conocimientos a través de itinerarios formativos específicos y posteriormente poder llegar a certificarse por los organismos competentes, a través de la propia plataforma DPC SEDISA”, resume la vicepresidenta.