Por Celia Albizu
17 de octubre de 2022La discapacidad severa y la dependencia de Paula para el resto de su vida han sido las consecuencias más graves de la imprudencia médica ocurrida durante su nacimiento hace diez años y que ha dado lugar a la negligencia médica más cara de la historia, con una indemnización de 5,2 millones de euros.
Fue en 2012, concretamente en el Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas, Ciudad Real, donde la madre de la niña se puso de parto. La insuficiencia del control de la situación física del bebé fue la culpable de las lesiones neurológicas irreversibles que sufrió. Concretamente, el problema fue la carencia de una de las dos cinchas que se utilizan para monitorizar la frecuencia cardiaca del bebé y el control del útero.
Además, se cree que varios indicios de que el parto no iba bien, como las nueve anotaciones de descensos de la frecuencia cardiaca de la pequeña que quedaron notificadas y que provocaron la falta de oxígeno y la certeza de que la niña venía con una vuelta de cordón umbilical, fueron ignorados durante dicho procedimiento.
La intensidad de la encefalopatía hipóxico-isquémica, resultado de la falta de oxígeno y sangre en el cerebro durante el parto, ha provocado que Paula cuente con un 97% de discapacidad desde que nació. Esto es lo que llevó a los padres de la menor a comenzar varios enfrentamientos judiciales. En 2019 se produjo una primera sentencia de un juzgado de lo Penal de Ciudad Real y otra en 2022 de la Audiencia provincial que condenan a la matrona y al ginecólogo que atendieron el parto por imprudencia profesional y como responsables civiles a Sescam (Servicio de Salud de Castilla la Mancha) y a las aseguradoras Mapfre y Zúrich.
De los 5,2 millones de euros que se han acordado como indemnización para los padres de la pequeña, 2,5 millones son en concepto de indemnización principal; 2,3 millones en concepto de intereses y capitalización de la pensión anual y 300.000 euros por las costas.