Por Virginia Delgado
11 de abril de 2025La Junta de Andalucía ha ordenado el cierre de una residencia de ancianos, ubicada en el barrio de Cerrado de Calderón de Málaga, después de que técnicos de Servicios Sociales de la Consejería de Inclusión Social, Juventud y Familias comprobaran que no contaba con las condiciones de habitabilidad e incumplía las normas higiénico-sanitarias. Además, no tenía licencia de apertura y presentaba desperfectos en la estructura.
Aunque el centro, que llevaba abierto diez años, no contaba con plazas concertadas con la Junta, la administración andaluza ha asesorado a los familiares de los usuarios para su reubicación en otras residencias.
Durante la investigación, se constató que el centro vulneraba la dignidad e intimidad de los usuarios por la falta de higiene y cuidados sociosanitarios. También, por incumplimientos graves en las instalaciones, el equipamiento, utensilios, vestuario y menaje.
La residencia se ubicaba en una casa de 10 habitaciones que sus responsables habían alquilado a un matrimonio una década antes. En el momento del cierre, las inquilinas tenían una deuda con la pareja de más de 84.400€. Aun así, exigieron dinero a los dueños y amenazaron con destrozar la casa, después de que estos les pidieran que la abandonaran.
Hace unos días, el matrimonio pudo entrar en su propiedad y comprobó lo denunciado por Servicios Sociales. La casa se encontraba en estado de abandono, tenía cerraduras forzadas, electrodomésticos destrozados, humedades en las paredes, excrementos en las habitaciones, suelos hundidos, la solería levantada, barandillas rotas, cerraduras golpeadas y colchones con orín. En la denuncia puesta de la propietaria se especifica que, al entrar en su vivienda, se encontró “un espectáculo lamentable, sencillamente horrible. Presentaba un estado de desolación y totalmente incompatible con un uso normal de la misma”.