Por Gema Puerto
2 de enero de 2023La antigua junta directiva del Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España (CGE) está en el punto de mira. El tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid considera que “concurren todos los elementos para concluir que, bajo el mandato de su expresidente, Máximo González Jurado, se pudo desplegar una conducta criminal global” y ve indicios de delito continuado de administración desleal y apropiación indebida de al menos 20 millones de euros de las arcas de la entidad que presidía.
La Audiencia de Madrid ha ordenado investigar la querella completa contra el ex responsable del CGE y su hermano, ex gerente de la entidad, por obtener beneficios económicos “ya fuera realizando operaciones económicas en beneficio propio o de terceros utilizando los fondos de la asociación para lucrarse entre los años 1997 y la fecha del cese de González Jurado en 2018”.
El tribunal rechaza que las operaciones hayan prescrito y apuesta por la investigación de los hechos. Los nuevos responsables del CGE interpusieron una querella contra González Jurado atribuyéndole el expolio de la entidad durante 30 años después de acusarle de realizar “maniobras que pusieron de manifiesto un plan perfectamente planificado y pergeñado para apropiarse de forma irregular de la que había sido la Fundación de las enfermeras, del Consejo General de Enfermería y de toda la Organización Colegial de Enfermería”.
Como publica hoy El Mundo la querella denuncia la adquisición de una vivienda para la hija de González Jurado en la calle Tiziano de Madrid con los fondos de enfermeros.
Desde el CGE han explicado a Medicina Responsable que su entidad "está comprometida en la recuperación para la Organización Colegial de los fondos presuntamente detraídos, pero el proceso está en manos de los jueces y hay que dejar que la Justicia trabaje, avance y decida lo que proceda".
Como ya denunció el CGE en su página web a través de un comunicado de prensa “la primera de estas maniobras se produjo en el año 2015 cuando Máximo González Jurado, por aquel entonces todavía presidente del Consejo General de Enfermería, provocó la desvinculación de la Fundación FICSSALUD y el Consejo General de Enfermería. Dicha desvinculación se llevó a cabo con el ardid de que, para que la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud (EICS) pudiese convertirse en una universidad”.
Entre los hechos denunciados los nuevos responsables del CGE acusaron a González Jurado de no abandonar completamente la Fundación, como hubiese sido lo lógico al desvincularse del Consejo General de Enfermería y como había prometido, y permanecer en el patronato de esta, haciendo uso de la condición de patrono vitalicio que se autoimpuso en el momento de la creación de la Fundación. Además, González Jurado aprovechó el impasse existente entre su renuncia y la convocatoria de elecciones a la presidencia del Consejo General de Enfermería para, aprovechándose del vacío de poder existente, copar el patronato de la Fundación FICSSALUD con personas de su máxima confianza personal como Agustín Rivero Cuadrado y Juan Vicente Beneit Montesinos, este último socio empresarial de Máximo González Jurado en una empresa de formación privada, verdadera razón de ser de todo este subterfugio.
Además de todo lo anterior, el CGE actual denunció irregularidades como “intentar consumar el paso a manos privadas de un patrimonio que pertenecía a todas las enfermeras y enfermeros de España y que, entre todos ellos, contribuyeron a crear”. Las siguientes irregularidades tuvieron que ver en diciembre del pasado año, cuando “Juan Beneit Montesinos convocó ilícitamente el patronato de la Fundación FICSSALUD para presentar su dimisión y facilitar que dicho cargo volviera a estar ocupado por González Jurado en una pantomima perfectamente organizada”, pues el propio señor Beneit decide quedarse en la Fundación como patrono de esta.
El Consejo General de Enfermería de España recuerda que el propio González Jurado ya no tiene vinculación alguna con el Consejo General de Enfermería. Asimismo, tanto Juan Vicente Beneit como Agustín Rivero no tienen tampoco vinculación ni representación alguna con la enfermería y su actuación también responde a intereses particulares.
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