“Los médicos dependen exclusivamente de las guardias para tener un salario digno”, María Jose Campillo (CESM)

Una reciente recogida de firmas impulsada por la doctora especialista en Cuidados Intensivos, Tamara Contreras, ha puesto sobre la mesa las condiciones en las que muchos médicos trabajan durante sus guardias, llegando a prolongarse en jornadas de 24 horas, y las repercusiones que tiene tanto para su propia salud como para la atención que reciben los pacientes. En la petición a través de Change.org, la doctora Contreras denunciaba que el actual sistema sanitario les obliga a hacer jornadas de 24 horas seguidas, "poniendo en riesgo la vida de los pacientes". La doctora se pregunta: "Llegas a urgencias. Estás muy grave y te ingresan en la UCI. Un médico tiene que tomar ya una decisión que supondrá que vivas o mueras. ¿Prefieres un médico despejado o uno que lleva 20 horas sin dormir?", se preguntaba la doctora. 

El convenio marco de los médicos de la sanidad pública establece que en ningún caso las guardias serán reconocidas como horas extraordinarias, lo que hace que, a pesar de tributar como horas complementarias, no computen de cara a la jubilación y se paguen a un precio menor al de una hora ordinaria de trabajo. “Es la forma más barata de cubrir la asistencia sanitaria 24 horas y las administraciones son muy reticentes a retirarlas”, explica María José Campillo, secretaria de finanzas en la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). “Hoy por hoy, la mitad del sueldo del médico son las guardias. Lógicamente si quitamos las guardias y no ponemos ningún complemento retributivo sería un desastre. Tal y como está hecho, el médico depende exclusivamente de las guardias para tener un salario digno”, señala la doctora.

“Hay que ser realistas. Los médicos de España están bastante mal situados en cuanto a la media de la OCDE, y parte de esa pérdida retributiva se compensa con estas guardias. Es un tema complejo que hay que tratar con mucho cuidado, no se puede tratar a la ligera”, señala la secretaria general de Amyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid), Ángela Hernández. Según las estimaciones de este sindicato, para poner fin al sistema de guardias, a nivel de personal sería necesario aumentar las plantillas en un tercio más de su capacidad actual, sin tener en cuenta el perjuicio económico que supondría para los médicos y que debería tener algún tipo de compensación.

“Lo que a nosotros nos gustaría es que el salario base de un médico fuese lo suficientemente atractivo como para que no se tuvieran que ir a la privada o hacer guardias. No hay soluciones de varita mágica”, argumenta Hernández. Un diagnóstico que también comparten desde la CESM, y a lo que Campillo añade que “la solución sería tener las plantillas idóneas que debes tener y pagar los salarios que tienes que pagar”. Ambos sindicatos coinciden en señalar la necesidad de facilitar la conciliación y establecer un sistema de complementos retributivos que dejen a los médicos optar a hacer esas guardias o no. Consideran que habría que poner fin a esas situaciones en las que las guardias se prolongan tanto, aunque no son optimistas en sus previsiones.

La doctora Hernández considera que para abordar este tema habría que hacer un “estudio pormenorizado y un debate sereno sobre los tipos de guardia, distinguiendo las que son de trabajo continuo o a demanda”. En urgencias hospitalarias, de pediatría o ginecología “tendrían que cambiarse ya esos horarios, pero hay otras especialidades que habría que abordar caso a caso, no creo que haya capacidades en el sistema ni para formar ni para pagar neurocirujanos, como para suprimir las guardias”. La doctora Campillo señala, a este respeto, la disparidad de situaciones que impiden la reorganización de los turnos de guardia. “Hay hospitales pequeños donde a lo mejor hay tres médicos, ¿cómo pones turnos de 12 horas?”, ejemplifica.

Consecuencias para los profesionales y los pacientes

Ambos sindicatos señalan los efectos perjudiciales que provocan las jornadas tan prolongadas tanto para los propios profesionales, como para los pacientes. A esta reivindicación se suma la doctora Contreras, impulsora de la recogida de firmas a través de la plataforma change.org: “Tienes síntomas tanto físicos como psicológicos. Estás lento, irascible, te cuesta dormir. Incluso la gente joven empieza con hipertensión o arritmias. Yo, por ejemplo, he tenido enfermedades autoinmunes a consecuencia del estrés”. En este sentido, alude a la “niebla mental” que lleva al límite a los profesionales y les perjudica en el desarrollo de su actividad profesional. 

Los profesionales son, después de los pacientes, las segundas víctimas, según destaca Campillo. “Su responsabilidad sigue siendo la misma si cometen una negligencia fruto del estrés o el cansancio”.

Las tres doctoras consideran como ejemplo la situación de otros países europeos, como Alemania o Reino Unido, donde las guardias están limitadas a 9 y 12 horas como máximo y el salario base de los médicos no les hace tan dependientes de los complementos salariales que ofrecen. 

En conclusión, aunque la necesidad de atajar estas jornadas extremas de 24 horas, en el horizonte no parece que haya visos de cambio a esta situación por el modelo de turnos que tienen muchos centros sanitarios.

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