Por Medicina Responsable
2 de octubre de 2025Jane Goodall, el rostro más conocido en la investigación del comportamiento de los primates, ha fallecido a los 91 años por causas naturales. La etóloga británica se encontraba en California (EE.UU.) participando en una gira de conferencias en ese país, según ha comunicado en sus redes sociales el Instituto que lleva su nombre. “Los descubrimientos de la doctora Goodall como etóloga revolucionaron la ciencia y fue una incansable defensora de la protección y la restauración de nuestro mundo natural”, destacan desde esta entidad en un comunicado.
Goodall se hizo internacionalmente conocida a raíz de sus viajes que comenzaron en la década de los 60 al corazón de África para estudiar el comportamiento de los primates. Sus estudios lograron un gran impacto al publicarse en las revistas científicas más prestigiosas, permitiendo llevar a la población general relevantes hallazgos para comprender la evolución humana y sus vínculos con otros primates.
Además, la científica destacó por su faceta en la defensa del medio ambiente y la protección de las especies, llevándola a montar el Instituto Jane Goodall. Según destaca en declaraciones recogidas por el SMC Thierry Chaminade, investigador en el Instituto de Neurociencias de la Timone en Marsella (Francia), esta iniciativa “inspiró a generaciones de jóvenes a cuidar la Tierra y a creer que incluso las pequeñas acciones pueden cambiar el mundo”.
“Una figura histórica”, “una adelantada a su tiempo”, “su legado va mucho más allá de la ciencia”. Estos son algunos de los calificativos que ha despertado el fallecimiento de esta icónica figura entre la comunidad científica. Sus contribuciones permitieron comprender mejor los vínculos entre los humanos y otras especies, en especial los chimpancés, “nuestros parientes más cercanos”. Algo que Chaminade resume de la siguiente manera: “Derribó el muro entre los seres humanos y otros seres vivos. Nos recordó que nuestros parientes más cercanos encarnan la curiosidad, la inteligencia y la compasión, y que este conocimiento conlleva una responsabilidad”.
Con este estudio científico logró avivar conciencias para promover un trato más respetuoso hacia los animales y el medio en el que viven. Por ello, el investigador especialista en cognición animal de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria), Antonio J. Osuna, resalta que “principalmente debería ser recordada por su capacidad para inspirar a los demás. Jane fue una gran primatóloga, pero como persona fue única. Es difícil evaluar cuánto ha mejorado nuestro mundo con su presencia, pero, sin duda, vivimos en un planeta mejor gracias a ella”.
Más allá del ámbito científico y de las esferas de la defensa del medio ambiente, la muerte de Goodall ha despertado reacciones por todo el mundo de autoridades, instituciones y particulares que ven en esta etóloga una figura cuyo legado perdurará durante décadas. El mundo llora la pérdida de una mujer que logró recordarnos que los humanos, en lo esencial, no somos tan distintos del resto de habitantes del planeta tierra.