Emilio de Justo, embestido por la vida pero no derrotado

La tarde del domingo de ramos el destino se torcía para el torero extremeño Emilio de Justo cuando entraba a matar a su primer toro. Le esperaba una tarde de gloria, lleno en Las Ventas por primera vez desde la pandemia, y todo se truncó por el pitón de un toro de la ganadería Pallarés. La embestida terminó en una impresionante caída que dejó en silencio a la plaza entera.

El torero se fracturó al caer sobre su cuello las dos vértebras cervicales C1 y C2, y entró quejándose al burladero desde donde le trasladaron al Hospital Fraternidad Muprespa Habana de Madrid. La lesión en términos médicos es: “fractura estallido de masa lateral izquierdo de la C1 llamada atlas, y fractura estallido de masa lateral derecha de la vértebra C2 llamada axis. Tras realizarle una resonancia de urgencia se determinó que, afortunadamente, no había afectación medular. De Justo ha tenido la mejor de las suertes dentro de la desgracia.

Y es que, con esa caída, si hubiera habido daño medular, se hubiera quedado tetrapléjico, pero la terrible lesión del torero podrá curarse con reposo absoluto y una inmovilización total con un corsé rígido que el maestro deberá llevar durante al menos 3 meses. Hasta su total recuperación. De momento y como apuntábamos ayer, llevará un collarín rígido y no necesitará ser operado.

Recuerdo de Julio Robles

Al ver la caída de ayer del torero ha sido imposible no recordar la terrible cogida del mítico torero Julio Robles, que el 13 de agosto de 1990 fue volteado por un toro llamado “Timador” y que le provocó un traumatismo del raquis cervical entre la quinta y la sexta vértebra que le provocó la tetraplejía que le dejaría en silla de ruedas el resto de sus días.

El pronóstico del torero de Extremadura es muy grave, pero al menos podrá volver a caminar y con toda probabilidad a torear.

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