Por Gema Puerto, Andrea Martín
20 de diciembre de 2022Mihaela ha podido dar a luz a su pequeño después de un complicado parto que ponía en riesgo su vida y la de su hijo, por lo que está profundamente agradecida a los médicos que la han atendido en su parto. Tiene 34 años y padecía acretismo placentario, una afección muy poco frecuente y grave en la que la placenta se adhiere profundamente a las paredes uterinas, llegando a invadir los músculos del útero y pudiendo afectar incluso a otros órganos.
Con esa patología y dos cesáreas previas, el equipo médico del Hospital Gregorio Marañón le advirtió de la dificultad de su intervención por eso, los médicos elaboraron un detallado programa de actuación multidisciplinar en el que intervinieron 25 profesionales de cinco especialidades médicas entre anestesistas, radiólogos, obstetras, urólogos, matronas, intervencionistas y enfermeras.
Todos ellos le realizaron a Mihaela una cesárea programada seguida de la extracción del útero para evitar un alto riesgo de sangrado durante y después de la operación.
La cesárea se realizó en la Sala de Hemodinámica del Hospital Materno-Infantil, una instalación dotada de alta tecnología que permite el trabajo conjunto de todos los especialistas necesarios en un parto de estas características. Los radiólogos intervencionistas, tras la monitorización anestésica de la paciente, realizaron una cateterización arterial femoral bilateral y colocaron un balón de oclusión intra-aórtico. Dicho balón permite, una vez hinchado, disminuir la cantidad de sangre que llega a la pelvis y, por lo tanto, disminuir el sangrado al realizar la histerectomía puerperal.
Posteriormente se realizó la cesárea con la extracción fetal y el cierre del útero sin desprender la placenta. Tras comprobar la integridad de la vesícula, que es la responsable del almacenamiento y eliminación de la orina, se procedió al hinchado del balón y a la histerectomía total.
El jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Gregorio Marañón, Santiago Lizárraga, ha explicado que “cada escalón asistencial protocolizó sus estándares de actuación durante la intervención, armonizando todas las estrategias terapéuticas de las que dispone” este centro sanitario. El objetivo de esta planificación fue “conglutinar a todos los servicios que pudieran ser necesarios para la atención de este cuadro, evitando la posibilidad de una hemorragia grave que podría suponer un riesgo vital tanto para la madre como para el hijo”.