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El absentismo laboral bate récord en España durante el primer trimestre del año

Casi un millón y medio de personas faltaron a trabajar algún día durante el primer trimestre del 2022

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El absentismo laboral bate récord en España durante el primer trimestre del año

Por Julia Porras

14 de octubre de 2022

Lucía se ha levantado hoy con malestar general, algo de fiebre y un poco de tos. Ha llamado a su jefe y le ha dicho que no va a acudir a trabajar. Su médico de cabecera le ha dado la baja, porque ha detectado que tiene un cuadro de infección en las vías respiratorias. Para asegurarse le ha dado tres días de baja. Lucía, ha mandado el parte al departamento de RRHH de su empresa y todo solucionado. Cuando se encuentre mejor volverá a su puesto de trabajo. Ha hecho lo correcto.

Luis, sin embargo, lleva trabajando toda la vida en su empresa, ya no tiene ninguna motivación, le quedan tres años para jubilarse y está cansado. Trabaja en un taller mecánico y tiene que levantar mucho peso cada día. Se ha levantado un poco dolorido y ha decidido que no iba a ir a trabajar, le duele un poco la zona de la hernia que le quitaron. Entre eso y que tiene pocas ganas, ha llamado a su empresa para decir que no va. Por la tarde acude a su médico de cabecera, el de toda la vida. También le ha dado la baja.

Ambos escenarios son reales.

España a la cabeza en absentismo
España es uno de los países con más absentismo laboral de Europa. Sólo en el primer trimestre de este año, 1.428.904 personas se ausentaron de su trabajo, aumentando casi un 7% desde el trimestre anterior. Muchas de estas bajas fueron médicas, pero casi 300.000 ni siquiera se justificaron.

El absentismo es un problema que arrastra nuestro país desde hace años, y no mejora. Aunque el crecimiento de los últimos trimestres puede tener una explicación en el repunte de casos de Covid, en el segundo trimestre las bajas por incapacidad temporal debido a causas no relacionadas con la Covid han aumentado hasta un 7,5 %, según el informe Adecco sobre Empresa Saludable y Gestión del Absentismo.

¿A qué se debe este alto número de bajas? ¿Son muchas de ellas innecesarias? De acuerdo con el doctor José Antonio Gil-Lahorra, médico de familia “al médico se le puede tomar el pelo, porque hay pacientes que vienen a la consulta con el síntoma tan estudiado, que nos cuesta saber si es verdad o mentira. A veces damos la baja porque tememos que sea verdad y podamos equivocarnos”. En cierto modo “nos sentimos forzados porque, aunque intuimos que el síntoma puede ser fingido, no podemos tirarnos a la piscina en cuestiones de salud”.

Incluso hay veces que los facultativos se sienten amenazados por pacientes que quieren forzar la baja sí o sí. Exigen a su médico que le den una baja, que probablemente no es necesaria, “incluso te dicen que si no se la das cambiarán de médico hasta que la consigan”, asegura el doctor Gil-Lahorra.

Por otro lado, están los casos de aquellos que simplemente no sienten una responsabilidad real con su trabajo, por la razón que sea, pacientes que suelen ser detectados por el facultativo con bastante rapidez. “Si un paciente te viene un martes diciéndote que se encuentra mal y que el lunes no fue a trabajar, pero que no acudió al médico porque no había cita, algo está pasando, es raro y denota falta de responsabilidad hacia su puesto de trabajo, porque no ha ido y no puede tampoco justificar ese día desde el punto de vista médico”, dice Gil-Lahorra. “La clave para no equivocarte al dar una baja “es conocer al paciente, su trabajo, su entorno y las circunstancias en las que vive. Pero si no le conoces demasiado, es importante intentar desentrañar si tiene un problema más profundo (mobbing por ejemplo) o simplemente un sentido nulo de la responsabilidad”, afirma el doctor Gil-Lahorra. “A veces viene un paciente que no tiene nada, pero si eres su médico habitual y conoces su historial y su trabajo, y sabes que ha sufrido una operación a causa de su trabajo, puedes intuir que su excusa es parte de verdad y parte ocasionada por su cansancio laboral. A veces le das una baja a alguien solo para que recoloque su cabeza esos días y vuelva a su actividad con más motivación”, asegura el doctor José Antonio Gil-Lahorra, médico de familia.

¿Qué opinan las empresas?

Desde el departamento de RRHH de una gran empresa de catering nos cuentan casos como el de un trabajador que se hizo un corte en un dedo el primer día de sus vacaciones y sin embargo acudió al médico el día antes de su incorporación. “El médico, no sabemos bajo qué circunstancias, le dio la baja con carácter retroactivo, desde el primer día de sus vacaciones, algo que roza la ilegalidad”. La empresa tuvo que asumir entonces los gastos ocasionados por esta baja y además cubrir el puesto del trabajador que volvió a disfrutar de sus días de vacaciones.

Hay casos más llamativos, como el de una empleada que estuvo de baja un año por una dolencia, y al año pasó por tribunal médico, que le dio seis meses más. “Hasta ahí todo normal”, aseguran desde RRHH. Pasado este plazo, es el Instituto de la Seguridad Social (INSS) el que determina si esa persona está capacitada para volver a su puesto de trabajo. “Pues bien, esta empleada fue dada de alta porque consideraron que era apta, trabajó esa mañana y por la tarde volvió al médico y le volvió a pedir la baja aludiendo otra dolencia nueva, que la dejó de nuevo en casa un año, con el consiguiente coste para la empresa”, cuentan.

Para las empresas este hecho supone un problema, “porque si al final el INSS no les concede la incapacidad total, pero pasan el reconocimiento de la empresa y les considera no aptos, tienes que adaptarles el trabajo acorde a sus limitaciones”, aseguran desde RRHH.  En muchas ocasiones ese puesto es algo incluso inventado para que esa persona tenga algo que hacer, pero ineficaz desde el punto de vista de actividad y eficacia laboral.

La peor parte llega cuando ese trabajador finalmente tiene que ser despedido porque su productividad baja o es nula a ojos de la empresa, en ese caso generalmente “ese despido es considerado improcedente y la empresa tiene que pagarlo, añadiendo más gastos a los ya ocasionados por la baja del trabajador”, dicen.

Los “bajistas”, expertos en encadenar bajas
El caso más extremo lo protagonizan aquellas personas que son expertas en encadenar bajas, es decir, aquellos trabajadores que consiguen que los médicos les den una baja detrás de otra con las artimañas que hemos contado anteriormente, amenazando o con buenas dotes de actuación. Este hecho conlleva un desgaste para la empresa y unos costes para el Sistema Nacional de Salud, que elevan la cifra a millones de euros de pérdidas. Un ejemplo, solo en 2021 el absentismo laboral tuvo un coste de 37.000 millones de euros.

Estos casos son los menos, pero existen. De hecho, algunos trabajadores consiguen una incapacidad temporal a base de insistencia, porque encadenan tantas bajas que “a la primera normalmente no, pero cuando el INSS detecta un caso de bajas reiteradas suele concederla, porque al final sabe que el caso puede terminar en denuncia o despido improcedente, y así se quita el gasto de una persona que puede estar años en esa situación”, aseguran desde el departamento de RRHH.

¿Situación sin solución?
Las empresas viven esta situación de incertidumbre en la que no pueden dirimir si estas ausencias se deben a aspectos coyunturales o se corresponden a problemas más enquistados y crónicos. Una tierra de nadie donde poco pueden hacer.

Los médicos de familia, que son los que determinan y expiden las bajas por incapacidad temporal, en ocasiones no pueden (por falta de tiempo) o no saben distinguir si una dolencia es real, o no. O si un trabajador de verdad sufre un cuadro de mobbing que influye en su estado anímico, hasta el punto de no querer ir a su puesto de trabajo. No pueden en ocasiones negarse, se curan en salud.

Aun así, los trabajadores, en su mayoría son responsables y existe un porcentaje real que sufren condiciones laborales deplorables o incluso mobbing por parte de jefes o compañeros. Los profesionales médicos también han de estar alerta para detectar ese tipo de casos y ayudar a sus pacientes en esas tesituras. “A veces veo casos en mi consulta de gente que está pasándolo tan mal en su puesto de trabajo que incluso le aconsejo que si puede busque otro trabajo, ahí la baja es decisiva, al menos para que trate de reconducir su vida”, explica el doctor Gil-Lahorra. Son bajas salvavidas.

 



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