La lucha de Berta, la médico a la que negaron su plaza en Medicina Familiar por su tetraplejia

Berta siempre soñó con ser cirujana, como su padre. Estudió el Grado de Medicina en la Universidad Europea pero, antes de finalizar su formación universitaria, un accidente dio al traste con su sueño. En una fiesta, se tiró de cabeza a la piscina y se dio con la cabeza en el suelo. ¿El resultado? Se quedó tetrapléjica por culpa de la rotura de las vértebras cervicales cinco y seis, que le llevó a utilizar de por vida una silla de ruedas. 

A pesar de la discapacidad sufrida, Berta no se rindió. Consiguió finalizar sus estudios universitarios en Medicina y realizó las prácticas en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, de Madrid. Más tarde estudio sin descanso para obtener la plaza MIR y, al final, lo consiguió.  La nota no le dio para psiquiatría, que era su primera opción, pero con el puesto 8.161 optó a la plaza de Medicina Familiar y Comunitaria en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Según Berta, a tan solo un día de incorporarse, y tras firmar su contrato, desde Salud Laboral, le aseguraron que no era "apta" para el puesto ya que la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria no se podía adaptar a sus capacidades físicas. Algo en lo que no coincide la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que “considera que siempre que una profesional tenga la capacidad para desarrollar una tarea, debería permitírsele hacerla”. Para CESM, “no todas las funciones del médico son iguales y es evidente que hay algunas que no las podrá desarrollar en un puesto de médica de Familia porque el programa formativo implica guardias y trabajo en servicios de urgencias. Sin embargo, habría que preguntarse qué especialidades sí puede desarrollar y hacer una adaptación curricular del puesto de trabajo. Todo lo que no sea un puesto asistencial de primera línea o una cirugía podría adaptarse y permitirle desarrollar su profesión”.

Berta está indignada. “Me parece todo muy injusto. Ahora mismo me he quedado sin trabajo. Necesito trabajar y estoy sin nada. Esperando a que me digan algo; no sé si desde el Ministerio de Sanidad, o desde la Comisión Nacional de Medicina Preventiva y Salud Pública. Me han borrado los datos de alta y baja de la Seguridad Social”.

A pesar de la terrible decepción, de no poder trabajar en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, Berta no se rindió y acudió a la Asesoría Jurídica del Colegio de Médicos de Madrid para exponer su caso. En este centro, le indicaron que tenía derecho a solicitar un cambio excepcional de especialidad, cosa que hizo,  y el Ministerio de Sanidad, le ofreció la especialidad de Preventiva. Cómo explican desde esta institución, “la Administración lo ha hecho bien, y ha seguido el protocolo que debía de seguir, el problema es que ahora mismo ella no quiere esta plaza y quiere seguir luchando por la especialidad de Medicina de Familia. Hemos hecho todo lo que podíamos hacer. Los plazos corren y, si quiere la especialidad de preventiva, tendrá que iniciar un proceso jurídico con un abogado”, explica el Colegio de Médicos de Madrid. En estos momentos, Berta está indecisa. Su sueño es poder trabajar en Medicina de Familia y aún no sabe cuáles serán sus pasos siguientes. Lo que si tiene claro es que buscará un abogado para denunciar la rescisión de su contrato. Como dice ella, “no la queda otra y, si acaba aceptando la especialidad de preventiva, será porque necesita trabajar y no la dan otra opción”.

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