Por Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable
31 de diciembre de 20252025 ha representado un punto de inflexión en la medicina moderna con avances que no solo amplían el horizonte terapéutico, sino que redefinen paradigmas fundamentales en trasplantes, oncología, neurología, genética y regeneración tisular. Estos progresos, derivados de investigaciones colaborativas internacionales prometen transitar de la fase preclínica a aplicaciones humanas generalizadas en los próximos 3-5 años.
La frontera de la compatibilidad interespecies
Uno de los avances más revolucionarios se ha producido en el campo de los xenotrasplantes: se realizó el primer trasplante exitoso de hígado de cerdo genéticamente modificado a un humano vivo. Paralelamente, científicos españoles lograron trasplantar riñones porcinos editados genéticamente -incorporando organoides renales humanos- a cerdos receptores, demostrando su viabilidad funcional.
Estos logros se sustentan en la edición genética CRISPR-Cas9 para eliminar genes porcinos inmunogénicos (como α-Gal) y humanizar proteínas clave (ej. CD46, trombomodulina). La respuesta inmunitaria se modula mediante inmunosupresores selectivos y terapias complementarias anti-IL-6. Clínicamente estos avances serían capaces de resolver el desequilibrio oferta-demanda, ya que no hay que olvidar que solo en Estados Unidos hay 17.000 pacientes que esperan un trasplante de riñón y que, globalmente, fallecen 40.000 personas al año por falta de un trasplante.
Oncología: de la detección líquida a terapias personalizadas
En oncología España lideró múltiples innovaciones. El CNIO desarrolló una prueba de sangre capaz de detectar tumores vía biomarcadores circulantes (exosomas, ADN tumoral ctDNA), con una sensibilidad superior al 90% en estadios tempranos. En el 2025 se descubrió la "caja negra" del cáncer: un modelo predictivo basado en dinámicas epigenéticas y proteómicas que anticipa la progresión clínica con una precisión del 85%.
A todo esto, hay que añadir ensayos clínicos que consiguen la eliminación de mutaciones KRAS -presentes en 30% de cánceres- mediante edición base y small molecules inhibidoras, y vacunas ARNm que reducen las metástasis en neoplasias páncreas/colorrectal al 70% en modelos preclínicos, al activar linfocitos T específicos.
Neurodegeneración: biomarcadores y moduladores sinápticos
La enfermedad de Alzheimer dio pasos firmes en 2025 con un biomarcador sanguíneo revolucionario: la proteína p-tau217. Esta molécula predice la progresión temprana de la enfermedad con una enorme precisión —un área bajo la curva de 0,95—, lo que abre la puerta a ensayos preventivos antes de que aparezcan los síntomas olvidados.
La Comisión Europea autorizó Leqembi (lecanemab), un anticuerpo monoclonal que ataca las protofibrillas amiloides, reduciendo el deterioro cognitivo en un 27% a los 18 meses, al eliminar las placas tóxicas del cerebro.
También en este año se consiguió un hito histórico: el mapa completo del desarrollo cerebral humano desde la semana 10 de gestación hasta los 10 años. Para ello los científicos trazaron más de un centenar de trayectorias neuronales mediante RM de 7 teslas y el análisis transcriptómico de célula única.
Regeneración y terapias innovadoras
El 2025 trajo, además, avances médicos en obesidad, impresión 3D cardíaca y prevención del VIH, tres áreas que afectan a millones y que ahora parecen mucho más manejables.
Un grupo de científicos españoles desarrollaron el primer tratamiento intranasal para combatir la obesidad directamente en el cerebro. Se trata de un spray que activa el receptor MC4R -un "interruptor" natural que controla el apetito en el hipotálamo- y que es capaz de reducir la ingesta de comida hasta un 30%.
En cardiología la bioimpresión 3D dio un salto espectacular: un grupo de investigadores generaron por primera vez tejido cardíaco humano completo en laboratorio usando células del propio paciente (iPS derivadas de piel o sangre). Con ello fueron capaces de "imprimir" capas de músculo con vasos sanguíneos y nervios mediante bioink especiales, obteniendo una contracción cardiaca del 80%.
El tratamiento frente al VIH vio también un avance revolucionario: la administración de un fármaco (lenacapavir) dos veces al año es capaz de prevenir la infección con una eficacia del 99,9% al bloquear la cápside viral.
Estos avances no son ciencia ficción: unen genética, nanotecnología y biología sintética para dar soluciones prácticas. La obesidad se ataca en su raíz cerebral, los corazones se reconstruyen capa a capa y el VIH se frena con dos inyecciones anuales. En el año 2025 la medicina pasó de tratar síntomas a prevenir y regenerar. ¡El futuro ya late en nuestros laboratorios!
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