Versión cefálica, la técnica que ayuda a los bebés a nacer de cabeza

Entre un 4 y un 5% de las gestaciones a término, el feto está colocado en una posición de nalgas o de forma transversa, lo que contraindica el parto vaginal. La mayoría de estos partos terminan en cesárea, una técnica que no está exenta de riesgos. Para estos casos, las sociedades científicas de obstetricia y la OMS recomiendan la realización de la técnica versión cefálica externa, que consiste en manipular al bebé desde fuera para dirigir su cabeza hacia la zona superior de la pelvis materna.

El Hospital Universitario Quirónsalud Madrid posee un equipo de versión cefálica conformado por varios especialistas con amplia experiencia en esta maniobra. Y es que, esta técnica se ha de realizar siempre en ámbito hospitalario, entre dos ginecólogos y una matrona, con monitorización del latido fetal, con disponibilidad de anestesista y en un área donde se pueda acceder con facilidad a quirófano porque, aunque es infrecuente, esta técnica puede llevar a practicar una cesárea urgente. Es una intervención ambulatoria y en pocas horas, tanto si la maniobra ha tenido éxito como si no, la futura mamá puede marcharse a casa.

Para aumentar las posibilidades de éxito de esta técnica es fundamental una valoración previa de los casos realizada por obstetras con experiencia que incluya la revisión de la historia clínica y una exploración ecográfica exhaustiva para determinar la colocación del feto. Después se aplica a la madre una medicación para relajar el útero, por inhalación de óxido nitroso, un fármaco seguro para la madre y el bebé y que mejora la experiencia del paciente y la tolerancia al procedimiento. La maniobra puede ser un tanto dolorosa y molesta, por esa razón se tienen en cuenta otros factores que hacen el ambiente más agradable como la aromaterapia, la música y el control de las luces en la sala donde se realiza.

Tras realizar la maniobra se lleva a cabo una monitorización materno fetal de una hora y, si no se producen complicaciones, la madre puede marcharse. A los siete o diez días se vuelve a revisar la situación de la gestante y del feto. Si el bebé está bien colocado se espera al inicio del proceso del parto; si se ha vuelto a girar, se programa una cesárea con el obstetra de referencia.

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