Por Andrea Martín, Julia Porras
19 de diciembre de 2022Como cada jueves, Katia, música voluntaria de la ONG Músicos por la salud, coge su guitarra y acude al Hospital Isabel Zendal para repartir acordes y felicidad a los pacientes que están allí ingresados. Cada uno tiene una historia, una dolencia y una recuperación por delante, pero cuando están en el micro concierto tienen algo en común: la música suena y les cura el alma.
Músicos por la salud es una iniciativa que nació en 2015 cuyos objetivos principales son ayudar a combatir la soledad ocasionada por la enfermedad o situaciones de vulnerabilidad y mejorar la experiencia sociosanitaria aportando calidez humana.
La música aporta muchos beneficios en los enfermos ya sean de oncología, hemodiálisis, psiquiatría o personas vulnerables que viven en residencias. Desde mejoras físicas y en la comunicación, hasta ventajas a nivel emocional. Además, se han detectado cambios positivos en el deterioro cognitivo y una gran mejoría en las competencias y habilidades de la vida diaria. “La música es vida, sin música la vida no tiene sentido”, dice Katia acariciando su guitarra.