Por Lucía de Mingo, Andrea Martín
23 de mayo de 2022Un grupo de investigadores de Dolphin Watch ha observado, en el Mar Rojo del norte de Egipto, cómo los delfines nariz de botella del Indo-Pacífico “hacen cola” en ambientes naturales. ¿Para qué? Para poder acceder a la mejor selección de corales y esponjas con capacidades medicinales.
Los investigadores se han adentrado en una población residente de alrededor de 360 delfines nariz de botella. Así, la combinación de estudios submarinos y las múltiples expediciones subacuáticas han logrado que se extraigan asombrosas conclusiones.
El frotamiento en distintos sustratos forma parte del comportamiento natural de los cetáceos. Sin embargo, solo se había observado en unos pocos odontocetos como las orcas y las ballenas beluga y, ahora, en estos delfines.
Se deslizan y frotan su piel contra determinados invertebrados a los que acceden selectiva y preferentemente: la gorgonia, el coral cuero o la esponja son sus preferidos. De esta forma utilizan distintos sustratos para partes particulares del cuerpo, dependiendo de sus propiedades y de la sensibilidad de cada zona.
Los investigadores afirman que este comportamiento tiene como objetivo la automedicación de los cetáceos. Así previenen o luchan contra los patógenos que causan enfermedades dérmicas. Al frotarse contra el invertebrado, los pólipos del coral segregan una mucosa que penetra en la piel del delfín. Esto puede ser aún más eficiente cuando los pólipos permanecen cerrados. Y es que el contacto de la piel, a través de la abrasión, con la superficie más dura y áspera del coral permite que la absorción sea más eficaz.
Cuando están en grupos, se ha observado cómo se colocan unos detrás de otros para esperar su turno para acercarse al invertebrado. Los investigadores han llegado a la conclusión de que éstos debían contener compuestos bioactivos. Estos son componentes que influyen en las actividades celulares y fisiológicas, ya que, tras su ingesta, tienen un efecto beneficioso para la salud.
Por ello, para comprender qué propiedades tenía esta mucosa el equipo recogió muestras de los corales. Así, hallaron 17 metabolitos activos con actividades antibacterianas, antioxidantes, hormonales y tóxicas.
Los investigadores han logrado observar que tanto delfines adultos como más noveles interactúan. Esto implicaría que el comportamiento, y cualquier conocimiento potencial sobre los efectos de los compuestos bioactivos, no es innato sino que se adquiere a través de procesos de aprendizaje social. Por ello, se transmite socialmente de generación en generación.
Los arrecifes de coral son patios de recreo para estos cetáceos y ahora han descubierto que se han convertido en las nuevas consultas dermatológicas. Por ello, hay que preservar más que nunca la fauna marina que tiñe de colores el azul de nuestros mares.