Por Gema Puerto, Lucía de Mingo
26 de abril de 2022Numerosos estudios científicos han demostrado que el 60% de los pacientes que ingresan en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) sufre secuelas emocionales como ansiedad, estrés postraumático, depresión y secuelas físicas como pérdida de masa muscular, entre otros síntomas. Además de perjudicar a los propios pacientes, estas circunstancias también afectan en buena medida a sus familiares.
Para reducir el síndrome post UCI, hospitales como el de Torrejón de Ardoz, el Hospital de Fuenlabrada de Madrid, o el de San Juan de Dios en Córdoba, han puesto el foco en distintos programas que les permiten humanizar las UCIS y convertirlas en HUCIS, con "h" de humanización. El objetivo es poner en valor la dignidad e individualidad de cada persona y atender a las personas desde una concepción holística, en la que no solo se atiendan sus necesidades físicas, sino que también se mejore su estancia en los hospitales a través de mejorar los espacios físicos dónde se les cuida, facilitando el contacto paciente-familia, y ofreciendo cursos de meditación y relajación para profesionales. De esta forma, se consigue acelerar la recuperación de los pacientes y hacer más humana la relación médico-paciente