"Se suele hablar de
impacto emocional cuando recibes la noticia, pero yo lo llamaría descalabro o
colapso emocional. Yo he sido siempre muy soñadora y esa noticia me quitó la
inocencia, me enseñó la posibilidad de que pudiera morir en un espacio muy
corto de tiempo. Yo no dejaba de pensar en mi hija de cuatro años, en el
panorama que dejaría a mi familia… y lo que yo me perdería de vivir”. Quién
habla así es María, una mujer que sufre cáncer de mama metastásico, un cáncer que tiene una supervivencia de un 25%,
muy lejos del 85% de todos los cánceres.
La primera
causa de muerte entre las mujeres de 35 y 50 años, según la Asociación Española
contra el Cáncer, es el cáncer de mama metastásico. 36.000 mujeres al año son
diagnosticadas con esta enfermedad en nuestro país al año. 36.000 mujeres que tienen metástasis en los huesos, los pulmones, el hígado o el cerebro, y que tienen
que aprender a reconstruirse del terrible impacto emocional que pesa sobre sus
espaldas. Y eso, como asegura María, no es nada fácil.
María ha encontrado su
equilibrio en la consulta de las psicólogas de la Asociación Española Contra el
Cáncer (AECC). “Donde no encontré esa ayuda de la gestión emocional fue en la
consulta del hospital. Es más, salía con más descalabro emocional de allí. Cuando
contacté con la AECC, puso a mi disposición una psicóloga que me cura con la
gestión emocional, que me ha dado herramientas para luchar con los fantasmas
que vienen a atormentarme de vez en cuando. Unos días estoy mejor y otros peor,
pero me ha salvado de ese descalabro. He aprendido con esa gestión a quererme
un poco más. Ahí es desde dónde hay que empezar, a curarnos de una manera
completa nuestro cuerpo y nuestra mente”.
Consecuencias
emocionales del cáncer de mama
Como asegura Carmen
Yélamos, psicooncóloga en la Asociación
Española contra el Cáncer, el cáncer
de mama provoca en las mujeres afectadas un gran impacto, no solo físico, sino
también psicológico, social, laboral, etc. “Es una enfermedad que afecta a
todas las esferas de la vida de una persona y que conlleva secuelas,
alteraciones en la imagen corporal (relacionados con el tipo de intervención
quirúrgica realizada: mastectomía y/o tumorectomía) y cicatrices”. En
definitiva, la cirugía de mama afecta a la imagen corporal, feminidad,
autoconcepto y autoestima de las mujeres que la viven. En este sentido, algunos
estudios han encontrado que hasta el 55% de las mujeres con cáncer de mama
presentan alteraciones de su imagen corporal y autoestima.
Aunque los
tratamientos oncológicos finalicen, la mujer que ha vivido este tipo de
experiencias puede continuar teniendo problemas a nivel psicológico,
derivados de la experiencia vivida. A nivel emocional, “es común la presencia
de sintomatología ansiosa o depresiva, principalmente derivada del miedo a
la recaída, de la convivencia con secuelas físicas como linfedema o la
dificultad para ser o volver a ser madre, angustia con los cambios
derivados de la imagen corporal por la cirugía o la sexualidad”, añade la psicooncóloga
de la AECC.
Es frecuente también
la aparición de problemas o limitaciones en las relaciones sexuales relacionados tanto con la situación de enfermedad, tratamientos
médicos, menopausia precoz, etc. Las dificultades en la sexualidad de las
mujeres diagnosticadas de cáncer pueden ser muy variadas. Esta problemática va
desde la disminución del interés o deseo sexual, hasta dificultades en la
excitación, problemas para disfrutar y relajarse durante el sexo o dolor
durante las relaciones sexuales.
De esta manera, las
rutinas, las tareas del día a día y la planificación a corto plazo se ven
paralizadas o alteradas. “Sabemos además que, a partir de un diagnóstico de
cáncer, la situación laboral de muchas pacientes que han tenido cáncer de
mama empeora, bien porque se ven obligadas a abandonar su trabajo o hacer
un cambio de este, bien porque tienen que reducir el número de horas
trabajadas, con la consecuente pérdida de ingresos. Esto hace que su
dependencia económica de terceras personas (como familiares y amigos) aumente
significativamente”.
Por otra parte, los gastos directos impactan en una
familia con una persona con cáncer de mama durante la enfermedad. Gastos como,
por ejemplo, farmacia y parafarmacia, obras y equipamiento del hogar, pérdida
de ingresos, gastos de contratar a externos para cuidar de la paciente y para
suplir su aportación en las tareas del hogar y de cuidados, etc.
Desde la Asociación
Española Contra el Cáncer se ofrecen diferentes servicios gratuitos para
pacientes con cáncer de mama y familiares: orientación médico-sanitaria,
atención psicológica, atención social, fisioterapia y drenaje linfático manual,
programas de ejercicio físico, así como actividades de ocio y tiempo libre.