Por Luis del Val
10 de septiembre de 2025La mayoría de las decisiones que tomamos en esta vida admiten algún tipo de rectificación, menos la del suicidio. Si dices que no te casas, te puedes volver a casar; si te marchas del país, tienes la posibilidad de volver; si te matas, como decía Jardiel Poncela, te tiras en marcha del tren de la vida en el que ya nunca viajarás.
Cualquiera de nosotros ha pensado alguna vez que la vida es una mierda. Y no es malo llegar a esa conclusión, en determinadas circunstancias. Lo malo es pensar que esas circunstancias no vayan a cambiar nunca, porque a nadie le gusta vivir en un cenagal.
Cada semana, en España, 73 personas se quitan la vida. Vamos camino de que sean 4000 al año.
Presenté un programa de radio nocturno y, todos los meses, un par de personas me llamaban por teléfono para decir que se iban a suicidar. Nunca les llevé la contraria. Lo único que les decía era que, como es una decisión imposible de rectificar, que aguardaran a la mañana siguiente. Y, de vez en cuando, pasado el tiempo, llegaba alguna carta en la que agradecían nuestro consejo, porque seguían viviendo.
Si tienen que decidir algo tan importante como el suicidio, aplácenlo, al menos, hasta el día siguiente.