Por Luis del Val
26 de abril de 2022Las primeras vacunas aparecen en el siglo XVIII y, desde entonces, se calcula que han evitado la muerte de más de 150 millones de personas y que otros 700 millones evitaron la enfermedad y sus secuelas correspondientes.
Durante esta semana se celebra la Semana Mundial de la Inmunización. Ya sabemos que nacemos con una inmunización natural, y la vacuna pertenece a la inmunización adquirida, pero esa inmunización NO natural ha evitado millones de muertes. Que naciera en el siglo XVIII no es ninguna casualidad, porque hasta entonces la enfermedad se consideraba una especie de castigo divino, y esa interpretación religiosa dificultaba actividades que parecieran llevarle la contraria a la divinidad.
Es en el siglo de las luces, cuando se abandona esa superstición y aparecen las vacunas y, casi enseguida, los movimientos anti vacunas, que no son cosa de actores, famosos y variados personajes de ahora mismo, sino que estos personajes, tan modernos ellos, no hacen sino repetir doctrinas de hace cuatrocientos años. Y hacen mucho daño. Y asesinan. O, mejor dicho, en términos de Derecho, promueven el homicidio involuntario. El movimiento anti vacunas emplea supersticiones del siglo XVIII con lenguaje contemporáneo. Y hacen daño. Creo que merece que lo recordemos durante esta semana tan especial.