Precios altos en parafarmacia

Uno de los aspectos que a los consumidores nos cuesta más comprender son los precios. Quienes compramos fármacos o productos de parafarmacia estamos ajenos a los procesos de investigación, fabricación y distribución. Sin embargo, intuimos algunos aspectos y, en bastantes ocasiones,  nos llama la atención que productos sencillos de recolectar y de proceder a su secado, alcancen en el mercado un precio superior a los mil euros el kilogramo. No hablo del té, que tiene un proceso largo, sino de infusiones, algunas de las cuales, pueden alcanzar un precio por bolsa desmesurado, teniendo en cuenta que que hay que reunir casi diez bolsas para que pesen un gramo. 

De los fármacos, conocemos que su aparición tiene una etiología que arranca de una investigación que se prolonga durante años, a veces, incluso lustros, y que esa costosa inversión, al final, no tiene más remedio que reflejarse en el precio, hasta que, pasado un periodo, la patente se generaliza y, lógicamente, el coste resulta más asequible. 

Es probable que la aplicación de productos procedentes de algas, pongo por caso, haya requerido trabajo de exploración e investigación, pero resulta sorprendente que productos comunes, que crecen de manera espontánea tengan un precio a superior al de un fármaco. ¡Ojo! Podría estar equivocado, pero que una bolsita de determinada infusión que -repito- hacen falta 9 para alcanzar un gramo de peso, salga a más de un euro la bolsa, nos parece de difícil comprensión  a los consumidores. 

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