Por Luis del Val
4 de mayo de 2022En España, cuando alguien habla de la posibilidad del copago
médico en la Sanidad Pública, es decir, que el paciente abone una pequeña
cantidad cuando acude al médico, es motivo de escándalo e indignación, como si
alguien mencionara un disparate o un atraco económico a los más pobres.
Sin embargo, en la mayoría de los países miembros de la Unión Europea, existe el llamado copago en la Sanidad Pública, y el presunto enfermo o enfermo diagnosticado, abona una pequeña cantidad, unos tres o cinco euros, cuando acude a la consulta del médico. Para quienes hemos suscrito una póliza de seguro médico privado eso es algo generalizado, y lo sabemos cuando nos viene la cuota de la póliza del mes, incrementada con el número de visitas.
El copago tiene una intención más disuasoria que recaudatoria, porque lo recaudado se neutraliza con más gasto burocrático, pero en Alemania, cuando se implantó el copago, al mes siguiente se registraron un veinticinco por ciento menos de consultas médicas. Eso no quiere decir que al jubilado de la pensión ínfima, y enfermo, se le vaya sustraer de sus pocos ingresos unos euros que agraven todavía más su situación, o al parado, etcétera, pero alguna vez habrá que hablar del copago, sin que eso signifique un ataque de monstruosos capitalistas a los estratos sociales más débiles. Al menos, en la mayoría de los países de nuestro entorno, no lo consideran así.