Por Luis del Val
9 de agosto de 2023La llamada Ley Trans es tan progresista, tan abarcadora, tan inclusiva y tan amplia, tan totalizadora y amparadora que, en algunos aspectos, estimula la estupidez y hasta procedería a la carcajada tonta de no ser porque las leyes son asunto serio, y uno de los pilares que impiden que una sociedad se vaya a hacer puñetas.
Que una mujer fisiológica, decida un martes por la tarde que es hombre y, a la noche, pueda acudir en el bar a los lavabos de hombres es tan absurdo como que un chico fisiológico se sienta chica, un miércoles por la noche, y el jueves por la mañana pida hora para consultar con un ginecólogo.
El caso del encarcelado que decidió que era mujer, fue ingresado en una cárcel de mujeres, y ha embarazado a una de las reclusas, es la prueba del nueve de que, cuando se redactan leyes, sin escuchar a los expertos en leyes, se redactan leyes mostrencas. Y el Boletín oficial del Estado, publica lo que le envían, no le echemos a él a la culta, sino a los incultos, ignorantes, y zopencos que se empañan en que obedezcamos leyes estúpidas.
Ya decía Durrenmat -que era de izquierdas- que el problema de nuestro tiempo es tener que demostrar lo evidente. Lo malo es que, por muy evidente que sea la estupidez de una ley, se resisten a cambiarla y se empecinan en la melonada. Puedes que usted no lo comprenda. Entonces es que somos compañeros, porque yo tampoco lo entiendo.