Por Luis del Val
24 de septiembre de 2024Una excelente oncóloga española, la doctora Alicia Quílez, especialista en cáncer de mama y de útero, que ejercía en Baleares, trabaja ahora en Francia, porque no habla el catalán a un nivel superior. La política sectaria, Francina Armengol, dispuso, cuando era presidente de Baleares, que los buenos oncólogos no lo eran si no hablaban muy bien el catalán. La doctora Alicia Quílez, por cierto, habla francés e inglés, pero sobre todo es una excelente especialista que sabe cómo luchar contra el cáncer que mata, y el tratamiento de hablarle al enfermo en catalán no está reconocido en ninguna parte del mundo, ni siquiera en Baleares. Entiendo que doña Francia Armengol sea sectaria y pertenezca al sector totalitario del nacionalismo. Entiendo que, a pesar de esos defectos, sea presidente del Parlamento, porque los tontos pueden ser elegidos para cualquier cargo, pero me niego, rechazo y me indigna que los políticos sectarios jueguen con la vida, la muerte y la salud de los enfermos. Encima, doña Francina es farmacéutica, por lo que no se le puede acusar de falta de conocimientos, sino de exceso de sectarismo. El caso de la doctora Alicia Quílez debe ser solucionado por las nuevas autoridades de Baleares. Y, si no lo hacen, se pondrán a la altura de las estupideces inconstitucionales de su predecesora.